Nuestros supervivientes tienen cada vez más hambre, y es por eso que se dejan la piel en cada juego de recompensa. En 'Supervivientes: Conexión Honduras', los concursantes se han enfrentado una prueba clásica del reality.
En parejas, los participantes debían situarse sobre una especia de plataforma, en cuyos extremos se habían colocado dos vasijas. Por cada minuto que lograrían mantener en equilibrio los cántaros, se llevarían un cazo de cocido. La pareja que más durase en pie, se llevaría el resto del puchero íntegro.
Como era de esperar, y como viene ocurriendo en la mayoría de las pruebas de la edición, las rencillas entre los concursantes no han tardado en aparecer. Omar se quejaba de que Alejandro Albalá le había echado demasiado hueso en su cazo.