El pasado jueves, la audiencia decidía que el segundo expulsado definitivo de 'Supervivientes 2022' fuese Rubén Sánchez Montesinos. El novio de Enrique del Pozo abandonaba Playa Paraíso con mucha pena pero agradecido de haber podido disfrutar de esta experiencia.
Nada más llegar al hotel y acompañado por una fotografía a tamaño natural de su pareja, Enrique del Pozo, Rubén ha podido disfrutar de un contundente desayuno en el que ha tenido que responder a las preguntas de la organización del reality.
Lo primero que ha hecho ha sido ponerle nota a su paso por el concurso: "No puedo ponerme un 10 porque no estoy en la final, pero un ocho porque he demostrado que soy fuerte y he superado crisis", ha argumentado.
Aunque Rubén está muy contento con su paso por la isla, reconoce que hay una cosa que se le ha quedado pendiente: "Se me ha quedado la espinita de no haber podido pescar, pero he cogido leña, he mantenido el fuego, he cocinado...".
Además, tiene muy claro con cuál de sus compañeros de aventura se queda y con cuál no: "Ainhoa es mi hermana y mi protegida, pero a Kiko Matamoros tengo que verle fuera del programa y ver si lo que me ha dicho es así, porque me ha dicho cosas muy fuertes", ha explicado mientras desayunaba.
Tras disfrutar de un rico desayuno junto a una figura a tamaño real de su chico, Enrique del Pozo, en el que ha dejado claro que se siente muy orgulloso de su paso por el reality, ha llegado el momento más deseado por prácticamente todos los supervivientes: darse una ducha.