¡Baño de natillas! Los Royales ganan 'in extremis' la prueba de recompensa y los Fatales enloquecen con sus sobras
Royales y Fatales comenzaban la noche batiéndose en duelo por una apetitosa recompensa: unas natillas caseras
El equipo de Playa Royal se hacía con la victoria y disfrutaba de un minuto y medio de recompensa
Los Fatales se conformaban con 30 segundos y acababan llenos de natillas
Royales y Fatales comenzaban la noche batiéndose en duelo por una apetitosa recompensa: unas natillas caseras esperaban al equipo ganador. En esta ocasión, la prueba de recompensa se basaba en un equilibrio en paralelo: dos concursantes se tendrían que complementar a la perfección para transportar un coco desplazándose por una estrecha plataforma. Si el coco o uno de los participantes caía al agua, su juego quedaría anulado.
Y tras el equilibrio, la puntería. Uno de ellos tendría que encestarlo en su canasta. Después de que los equipos eligieran libremente las parejas, cada uno iba a disputar tres rondas, cada una de ellas de dos minutos.
MÁS
Las rondas de los Fatales
Anabel y Yulen inauguraban el juego pero no conseguían sumar ningún punto al marcador de los Fatales. Tania y Anuar eran los siguientes y, aunque conseguían llevar el coco hasta la plataforma final, tampoco encestaban. Yulen repetía en la última ronda del equipo Fatal, esta vez con Ana Luque. Pero el destino era el mismo: el coco caía al agua y no conseguían puntuar.
El turno de los Royales
Por parte de los Royales, Ignacio y Alejandro eran los primeros. Ambos veían como su coco caía al agua. Mariana y Desy tampoco conseguían puntos. En su última oportunidad, Marta y Nacho al frente. Ambos conseguían lo que nadie había logrado: su coco terminaba en su canasta.
Los supervivientes enloquecen con las natillas
Los Royales han disfrutado durante un minuto y medio de su merecido premio ante la mirada triste de los Fatales. Pero Lara les ha dado la sorpresa del siglo: "¡Tenéis 30 segundos!". Y ha sido entonces cuando la prueba de recompensa se ha terminado convirtiendo en un auténtico baño de natillas.