Una de las pruebas a las que los supervivientes tuvieron que enfrentarse para optar a ser el dios de la isla fue 'El secado hondureño'. Un juego que requería mucha resistencia ya que se trataba de aguantar el propio peso del cuerpo colgado de una estructura de madera.
La complejidad venía aún más cuando, pasado el tiempo, debían ir soltándose según indicaba Lara Álvarez.
Desde Honduras, nuestra compañera Sara ha cogido su cámara y ha vivido en primera persona la destreza que requería la prueba. "Es muy duro y encima no estamos en igualdad de condiciones porque los supervivientes no comen ni descansan bien. He perdido la noción del tiempo de cuánto llevaba ahí", relataba.