Cuando Olga Moreno partió a 'Supervivientes 2021', lo hizo en plena polémica tras la emisión de los primeros capítulos de la docuserie de Rocío Carrasco. Para la concursante no fue nada fácil dejar a su familia atrás y si bien los primeros días no quiso hablar de ellos para que su mente estuviera centrada en el reality, durante estos meses hemos visto cómo Olga se ha confesado en varias ocasiones.
Al regresar a España, Olga jamás imaginó que lo haría como finalista y mucho menos que llegaría a ganar la edición.
"Sí que es verdad que entré muy mal pero hice un día, otro día, poner la mente en blanco", le contó a Jordi González en 'Supervivientes: el debate final'. Sin embargo, se mostraba asombrada por haber hecho tantas confesiones. "He hablado mucho de los niños, ¿no?", se interesó en primer lugar.
"No podía pensar en mi mente porque hubiera llorado mucho más. Pero llegó un día en que pensé en por qué no iba a pensar en mi gente, en la cara de mi hija, en mi marido... Por qué no. Me daba igual llorar o reír. Es mi vida. Es lo que he vivido 22 años. Que sí, que son unos niños que son conocidos pero es mi vida. No lo hice antes por miedo al exterior. Es duro el no pensar en nada de fuera. Es muy duro pero también creo que me ha ayudado pensar en mí un poquito", explicó después.
Prueba de esa parte de su vida la vimos en la propia final de 'Supervivientes', cuando Rocío y David Flores acudieron a recibirla al plató.