Marta Peñate está siempre al pie del cañón. Lo cierto es que tiene energía para dar y regalar, pero no solo para discutir. Durante sus últimos días en 'Supervivientes', la exparticipante de 'La isla de las tentaciones' se ha mostrado de lo más sentimental con su visión de futuro.
Son varias las veces que ya ha comentado lo mucho que echa de menos a su novio, Tony Spina. Pero la isla da para mucho y parece que, en su cabeza, ya tiene claro cómo quiere enfocar su vida.
Aprovechando un baño con sus compañeros en las aguas de Honduras, Marta fantaseaba con su boda: "Me caso el agosto que viene, si os portáis bien, os invito", les decía. "Hacemos la despedida de solteros todos juntos, de solteros y de solteras". La canaria se abría y les contaba que era la primera vez que le pedían matrimonio y, por supuesto, la primera vez que ella aceptaba: "Con mi ex no me hubiera casado en la vida".
Nunca antes lo había tenido, pero su instinto maternal apareció a los ocho meses de estar con Tony. "Mi hijo va a ser entre loco y sereno", fantaseaba de nuevo. "Y va a ser un hijo de p*** que te cagas", decía acompañando al momento de una loca carcajada estilo Marta. "Quiero que sea malo, que me haga correr detrás de él, que me llamen de la guardería y me digan que la está liando".
Y puestos a imaginar, la concursante hacía un rápido retrato de su futuro hijo: "Primero que me salga sano. Luego con mi color de piel, con sus ojos, con mi nariz, con mi sonrisa".
"Yo me muero por Tony", así de claro y así de sencillo trasmitía Marta sus sentimientos. Alejandro le preguntaba si tal vez no era demasiado pronto para casarse. La respuesta que se llevó fue un no rotundo. "Tiene en total un montón de adjetivos que a mí me gustan de una persona. No necesito 20 años de mi vida para querer estar contigo y casarme contigo".
"¿Y si te separas?", insistía Alejandro. "Si me separo sé que mis hijos van a estar de p* madre, que les van a inculcar unos valores parecidos a los míos, que van a tener un padre que les va a querer y les va a cuidar".