La montaña rusa emocional de Lola: sus divertidos cambios de humor viviendo sola en Playa Destierro

Lola se está enfrentando a su peor pesadilla en 'Supervivientes': la soledad. La concursante fue la primera eliminada por la audiencia al no ser salvada de la nominación frente a Tom, Gianmarco y Olga. Totalmente desconsolada porque pensaba que la aventura terminaba, Lola llegó a Playa Destierro sin poderse creer que tendría que vivir allí hasta que la audiencia decida expulsarla definitivamente.

Sus lágrimas no eran precisamente de emoción. Lola debía pasar como mínimo una semana sola hasta que un nuevo superviviente fuera eliminado.

Encima sus primeros días no fueron apacibles. Los insectos se cebaron con ella. Desesperada por el picor, Lola ya no sabía qué hacer para que sus picaduras y rojeces no fueran a más.

"Me gustaba estar con mis compañeros. No me gusta estar aquí, comiendo arroz que me sienta fatal a la tripa. Qué asco de vida. Encima me han picado los insectos", le reveló Lola a Jordi González en 'Supervivientes: Conexión Honduras'.

Pero su infierno mejoró un poco con una sorpresa que le dio el programa: ¡un 'Horus' muy especial! La superviviente recibió un cartón pluma de su perro, conocido ya en toda España.

Lola se vuelve 'loca' en Playa Destierro

En 'Supervivientes: Tierra de nadie' hemos podido ver cómo Lola está sufriendo una auténtica montaña rusa emocional en estos días de soledad. De repente coge una caracola para hacer llamadas a su familia como silba a los lagartos como si fueran gatitos. También rompe a llorar cuando la melancolía y la nostalgia aparece.

Pero Horus, aún siendo de cartón, le hace mucha compañía y juntos 'aúllan' al cielo.