El Maestro Joao también tiene su carácter. Recién levantado echaba un buen rapapolvo a Francisco porque según él, echa muchísima leña al fuego cuando no es necesario. Claramente Joao le decía: “No puede ser que hagas la verbena de San Juan todos los días, yo trago hasta un punto pero ya no trago más”. Francisco, no se tomaba nada bien las críticas y contestaba: “No te preocupes, esta noche se encargará otro”.