Los más de dos meses en Hondura, el hambre, el cansancio… empiezan ya a hacer mella en los concursantes de ‘Supervivientes 2020’.
En la playa de los Mortales, no solo el cansancio físico está pasando factura, también el aspecto psicológico. “Lo más duro de Superviviente, sin duda, es la parte psicológica”, aseguraba Rocío Flores recordando las ganas que tiene ya de ver a su familia.
Ana María Aldón, por su parte, se mostraba cabizbaja y triste también pensando en su familia y dejaba a todos boquiabiertos con una confesión. “Me acuerdo de mis hijos pero la cara de José María no logro recordarla, la veo como pixelada”, aseveraba.
“Cuando pienso en mis hijos y en mi familia hay una cara que no logro ver con claridad, la veo borrosa… es la de mi hijo José María”, decía ante la cámara y sin poder contener las lágrimas.