Sofía Suescun llegaba al plató de 'Supervivientes All Stars' con muchas ganas a pesar de que había asegurado que por ella se hubiera quedado en Honduras. Como es lógico, la superviviente estaba deseando ver a los suyos y allí se encontró con su novio, Kiko Jiménez; su madre, Maite Galdeano; y su hermano Cristian Suescun. Pero lo que no esperaba y le colmó de felicidad fue que Maite había traído a alguien consigo: ¡a su perra Luna!
Sofía se echó a llorar nada más abrazar a su madre y a su hermano, pero más se derrumbó cuando a sus brazos subió su perra. Kiko, mientras, le decía "Te amo, cariño", al oído. "Qué bien lo has hecho", añadía Maite. "Estoy muy contenta, lo ha hecho maravillosamente. He estado cinco semanas enterrada en vida porque la Sofía es mis arterias, mi corazón. No sé vivir sin ella", explicaba después Maite Galdeano a Sandra Barneda.
Sofía no podía separarse de su perra, a la que también había echado mucho de menos. Pero el programa debía continuar y la tercera finalista de 'Supervivientes All Stars' demostró lo bien adiestrada que tenía a su perra cuando le indicó que fuera "con la Maite" y la perrita obedeció.
A continuación, Sofía Suescun repasó con Sandra Barneda cómo habían sido sus cinco semanas de concurso, donde la expectativa estaba muy alta al haber sido ganadora de tres realities. Aunque no ganó en esta ocasión, Sofía no defraudó y consiguió llegar a ser la tercera finalista.
En su vuelta de Honduras, la influencer destacó que todos los supervivientes son "unos cracks" por las desventuras a las que se exponen y aseguraba que lo peor había sido el hambre: "Nunca podremos expresar cómo se siente esa sensación. Es mil veces peor de lo que imaginas estando cenando y viendo el programa en casa. Es un hambre brutal que te nubla el cerebro", señalaba.
Por otra parte, otro de los asuntos que también han sido angustiosos para Sofía Suescun ha sido no sentirse comprendida.