La aventura en 'Supervivientes' ha terminado para Alejandro Reyes. La audiencia decidió que fuese el segundo expulsado de la edición y en su regreso a la realidad el exconcursante ha hecho balance de su paso por el reality.
Alejandro está orgulloso de no haberse planteado nunca abandonar. Sin embargo, confesaba estar un poco 'rayado' por haber sido expulsado del concurso tan pronto. "Me siento desubicado. Me siento mal, como si hubiese fallado, pero me voy con la cabeza muy alta por haber hecho esta aventura. Es impresionante, indescriptible. Le doy muchas vueltas a la cabeza de por qué me habré ido", confesaba.
Cuenta Alejandro que lo que más le ha impresionado ha sido "la magia de poder construir tu propia vida", explicando que había pasado "de tener todo a no tener nada".
Por otra parte, cree que su madre, Ivonne Reyes está muy contenta de su concurso. Alejandro pudo comprobarlo cuando habló con ella en directo tras conocer que ha perdido 6,5 kilos en tres semanas.
Alejandro se ha emocionado a más no poder al reencontrarse con su maleta. Pero más que por volver a tener sus cosas, por el buen olor que desprendían.
"Qué ilusión todo, todo huele muy bien aquí. He estado con un saco tres semanas, con ropa húmeda y no sé... no puedo ni hablar de la emoción. Mi peluche, mi ropa, qué bien huele, tío. Como huelo yo ahora no os lo imagináis", relataba.
Pero más aún se emocionó ante su primer desayuno. Sin embargo resistió la tentación de atracar el buffet del hotel. "Este es el primer desayuno y lo que he cogido es piña, bollitos y un poco de leche. Daros cuenta que tengo mucha ansiedad con la comida pero tengo que ir poco a poco porque me puede pasar factura", explicaba.
"Podría haber cogido muchas mas cosas pero creo que es lo mejor para mí, para mi organismo. Creo que voy a llorar. Llevaba tiempo viendo al dios comer piña y no me ha dado tiempo", decía con los ojos vidriosos.
Otro de los momentos que más ha disfrutado Alejandro en su vuelta a la rutina ha sido el de la ducha. El superviviente nos coló dentro de ella en la primera ducha que se daba después de semanas.