Mario González llegaba al plató de 'Supervivientes' tras convertirse en el último expulsado y renunciar optar a la repesca y lo primero que hacía era saludar al padre de Claudia. Tras abrazar después a sus familiares y allegados, el superviviente despejaba muchas incógnitas que quedaban por resolver.
Dos veces le preguntaron si quería ser repescado y dos veces dijo Mario que no, cosa que no sentó muy bien a Claudia Martínez, que se quedó desorientada con la noticia. Además, Mario descubría en el plató que su novia está evacuada desde hace días por razones médicas.
"Estoy tranquilo al saber que ahora está controlada. Me da cosa que esté allí sola e incluso cuando me expulsaron le prometí que no le dejaría sola, así que me da pena verla así", decía Mario, pero Carlos Sobera le recordaba que había tenido la opción de volver participando en la repesca.
Mario explicó por qué se negó: "No era estar con ella estando en otra playa. A mí el concurso me ha podido superar las primeras semanas y para mí volver teniendo la cabeza fuera y a Claudia además en la valla de al lado, hubiera dado diez pasos hacia atrás", argumentó. A continuación, Mario visionó cómo fue la reacción de Claudia al saberlo.
A pesar de que el presentador recordó que la valla que separa a los equipos no evita que sigan manteniendo el contacto entre los supervivientes, Mario insistió que "el problema de Claudia es por las noches" y que no iba a asumir bien el estar en equipos separados. Por su parte, el padre de Claudia le apoyó en su decisión aunque no la mayoría de los colaboradores del plató.
Después, Mario González vio un vídeo que recopilaba su paso por el concurso. "El reality en sí ha sido muy duro. A mí me separó psicológicamente. Me intenté reponer y fue tarde pero analizándolo con calma estos días, me he comportado como me ha salido en cada momento. Cuando me he equivocado, he perdido perdón, y me siento orgulloso de las pruebas, del concurso que he hecho y de todo", reflexionó.