Oriana ha viajado hasta Honduras como fantasma del pasado. No es la primera ni la segunda vez que lo hace. Se trata del tercer intento de la venezolana de hacer frente a la supervivencia después de haber abandonado en las otras dos ocasiones, la primera a los cuatro días y la segunda a las doce horas.
Después de haber superado unas pruebas básicas en la playa como hacer fuego, partir un coco o cazar cangrejos, Oriana se disponía a saldar su cuenta pendiente: el salto desde el helicóptero.
Carlos Sobera le saludaba mientras ella ya sobrevolaba las aguas del Caribe: “Esta parte sí que me gusta bastante”, decía momentos antes de saltar. El presentador le daba entonces la oportunidad de dedicar su salto si así lo deseaba.
Sin pensárselo dos veces, Oriana se acordaba de dos personas muy especiales para ella: “A mi chico, a Dani, y a mi madre”. Sobera le preguntaba si estaba enamorada: “Sí, no quiero que acabe nunca”.
Una vez dedicaba el salto, el presentador le daba señal para lanzarse al agua. Pero antes, Oriana sorprendía con una inesperada pregunta: “¿A qué altura está esto? ¡Lo quiero un poco más alto! Para algo que no me da miedo…”.
Y entonces sí, Oriana se ponía en pie y protagonizaba un impecable salto: “¡Impresionante! Ha sido un salto francamente bueno”, lo valoraba el Sobera.