La última gala de ‘Supervivientes: Tierra de Nadie’ trajo consigo una sorpresa para los concursantes. ‘La mesa de las tentaciones’ les esperaba. Uno a uno fueron enfrentándose a sus mayores deseos gastronómicos. Pero, para poder disfrutarlos, tenían que aceptar severas penitencias, desde cortes de pelo hasta renuncias a llamadas telefónicas con familiares.
Cuando le llegó el turno a Adara, la superviviente descubrió una enorme tarta de chocolate bajo su caja, algo con lo que llevaba semanas soñando. Pero, para poder llevársela al completo tuvo que aceptar hasta cinco penitencias, tres de ellas a ciegas guiándose únicamente por la reacción que el público demostraba en plató.
Entre sus penas estaba la de pasar un día entero con los ojos absolutamente tapados. Cuando llegó el momento de ponerse las gafas que no iba a poder quitarse durante las próximas 24 horas, Adara sufrió un momento de temor: "Me da pánico no saber qué pasa a mi alrededor. Jod**, me da miedo. No me dejéis sola, por favor. Esto es muy fuerte para mí", decía entre lágrimas mientras sus compañeros intentaban tranquilizarla con sus palabras y con trozos de tarta.
Pasaban las horas y sus sensaciones no mejoraban, aunque se mostraba orgullosa de lo que estaba consiguiendo: "Lo estoy pasando mal, no quiero entrar en locura. Ojalá algún día se me quite, por lo menos he dado un primer paso que es esto, estar un día con esto que jamás lo hubiera pensado", decía.
Pero no todo iban a ser miedos. Las penitencias también han dejado momentos de lo más divertidos en Playa Coco. Y es que los concursantes han sabido dar la vuelta a las penas, desde Asraf haciendo un pase de modelos con su taparrabos hasta los supervivientes improvisando usando la melena que se cortó Alma como peluca.