Después de semanas rogando ver a su madre, finalmente el día más esperado por Adara desde que comenzó el concurso ha llegado. Elena ha viajado hasta Honduras para reencontrarse con su hija.

Pero la noche es muy larga y su visita ha sido una auténtica montaña rusa para la superviviente, que incluso llegó a creer que su madre no había podido viajar hasta allí y que su sorpresa familiar se limitaba a un pergamino.

Antes de que se produjera su reencuentro, Adara viajaba en barca hasta una playa. Al escuchar las indicaciones de Ion Aramendi, automáticamente se venía arriba creyendo que, finalmente, su visita le esperaba.

Pero sus ánimos se venían abajo al descubrir que allí únicamente le esperaba un pergamino escrito por su madre en el que no le transmitía precisamente buenas noticias: “Adara, cariño mío, siento mucho no poder estar contigo en este momento (…). Por razones que no te puedo contar, ahora mismo no podré”, leía en voz alta.

Automáticamente rompía a llorar desconsolada: “Necesito verla. Si tiene razones no pasa nada, lo entenderé y ya está”. Ion le pedía que subiera a la barca para reunirse de nuevo con sus compañeros.

Después de que Adara se derrumbara, Elena llegaba a la playa en la que se encontraban el resto de supervivientes. Al verla, Alma Bollo salía corriendo a abrazarla. Y, tras este primer abrazo, llegaban todos los demás.

Eso sí, Elena protagonizaba un momento muy emotivo con Asraf: “Un súper abrazo de Isa, no puede estar más orgullosa de ti.  No sabes la de veces que he tenido ganas de traspasar la pantalla y abrazarte”.

Elena continuaba entonces la ronda de presentaciones. “Vaya huev** que le estás echando”, le decía a Jonan. “Gracias por tratar así de bien a mi niña”, le agradecía a Artùr.

Y, al fin, Adara llegaba a esa misma playa para finalmente reencontrarse con su madre. Una caja enorme con forma de regalo le esperaba. Elena esperaba dentro. Cuando Laura Madrueño le daba la señal para descubrirlo, Adara no podía creer que su sueño se estuviera cumpliendo y rompía a llorar de nuevo: “¡Qué fuerte! Necesito abrazarte, sueño contigo todas las noches”.

Y es que, por el momento, un cristal las separaba. “Sueñas conmigo porque te estoy mandando toda mi fuerza cada noche mirando al cielo. Mi vida, te amo mucho, cariño”.

Para que ese cristal que les separara desapareciera, Adara se enfrentaba a un juego. Con los ojos tapados, iba a tener que adivinar qué le daban sus compañeros de comer. Cada acierto supondría tres minutos con su madre.

Finalmente, y después de haber logrado 22 minutos, Adara y Elena rompían la barrera y se fundían en un intenso abrazo: “Lo estás haciendo muy bien, eres una valiente”, comenzaba Elena. “Está siendo muy duro”, decía Adara.

Pero la madre de la superviviente continuaba con su discurso: “Estoy tan orgullosa de ti, te quero tanto, mi vida. Cómo te has adaptado, con esa alegría con la que te despiertas, siempre gastando bromas, siempre divertida, estamos todos tan orgullosos de ti…”.

Y, con lágrimas en los ojos, Adara se lanzaba a preguntar por aquello en lo que piensa en cada momento, su hijo. Elena le tranquilizaba e incluso le emocionaba aún más con sus palabras: “Está fenomenal, quiero que te quedes muy tranquila con ese tema, esta bien, se lo está pasando bien, a su alrededor tiene muchísima gente que le quiere, está todo como tú querías.  Está superorgulloso, alucinando contigo. Se le ilumina la cara cuando te ve. Le estás educando… De verdad, para mí eres un ejemplo como madre”. 

Pero todo lo bueno se acaba y llegaba el momento de despedirse. Tras haber pasado un rato a solas, Adara y Elena se separaban de nuevo, no sin antes dedicarse unas sinceras y preciosas palabras. "Eres muy bonita. Estoy superorgullosa de ti y muy feliz de que seas mi niña, mi hija. Gracias por cuidarme".

La colaboradora de 'Fiesta' ha hablado con Telecinco.es sobre Adara y su concurso en 'Supervivientes'. Amor reconoce que le da lástima y no cree que sea feliz, pero admite que lo está haciendo bien en Cayos Cochinos.