Después de haber tenido que abandonar ‘Supervivientes’ por prescripción médica, Gema Aldón ya está de vuelta en España. Una rotura en uno de los huesos del codo ha impedido su continuidad en el programa.
Ha sido en ‘Supervivientes: Tierra de Nadie’ cuando la concursante ha llegado a plató reencontrándose así con su madre, Ana María Aldón. Con el codo en cabestrillo, Gema aparecía por el pantallón y ambas corrían a abrazarse.
“Qué lágrimas, por favor, de madre e hija y de tanto tiempo sin verse”, comentaba Carlos Sobera. Sin parar de llorar, Ana María analizaba el estado en el que llegaba su hija: “Muy delgada”, decía.
E inmediatamente después volvían a abrazarse y besarse con todas las ganas del mundo. “Venga, un último beso y ya charlamos un rato con tu hija, Ana María. Sé que quieres achucharla”, apuntaba mientras Gema lloraba con más intensidad aún.
“Está llorando de emoción”, añadía Sobera. “Estoy temblando”, seguía Ana María, a quien el presentador ha tenido que terminar acompañando a su sitio. “Venga, para acá, sienta”, bromeaba.
Una de las primeras cosas que ha hecho la superviviente al volver a la vida real ha sido darse una ducha de agua caliente. Gema no podía creer lo que sentía en esos momentos: "Me está dando la vida. Ay, el agua caliente, no sé ni qué decir. Esto es lo más cerca de un orgasmo que he estado en un mes", decía.
Además, la hija de Ana María también ha vivido el famoso momento espejo. Cuando se ha visto a sí mismo ha alucinado: "¡Madre mía! ¡Pero y esta cara! Si parezco un conguito... qué pelo, qué tipo". La participante no da crédito con la transformación de su cuerpo tras su paso por 'Supervivientes': "¡Pero qué me ha pasado!".