A sus 79 años, la actriz ha dado unas sorprendentes declaraciones en las que asegura estar atravesando dificultades económicas y profesionales: “No me llaman para trabajar, vivo con una pensión de mierda que no me da para nada”. Abatida y triste, Pilar ha asegurado que echa de menos su profesión, todo esto en contraposición a la situación de su hijo de Javier Bardem, uno de los actores más valorados de Hollywood y mejor pagados.