'Socialité' se ha hecho eco de la bomba de las bombas. El paparazzi Pablo González ha desvelado en 'La Razón' el gran engaño de Kiko Rivera a su mujer, Irene Rosales. Al parecer, la boda que celebraron el DJ y la colaboradora en 2016 no habría sido real: "Irene descubrió al ir a inscribir a su hija pequeña en el registro civil que seguía figurando como mujer soltera, dos años después de celebrarse el falso enlace".
Según las informaciones de Pablo González, Kiko Rivera nunca habría entregado los documentos de la boda en el registro civil, el DJ no los habría entregado porque "nunca tuvo la intención de casarse con Irene Rosales", simplemente se centró en vender la exclusiva para rentabilizar el enlace y no lo habría legalizado para evitar posibles conflictos en caso de ruptura.
"La supuesta boda fue una descarada puesta en escena para que Irene no pidiese más la formalización legal de la relación y para rentabilizarlo a sabiendas de que no tenía validez legal (...) En el registro civil la andaluza descubre que el estado de los padres de las pequeñas es 'solteros' (...) Ella pensó que se trataba de un error burocrático, pero terminó descubriendo que llevaba dos años creyendo que estaba casada sin estarlo".
El descubrimiento por parte de Irene Rosales de este "paripé" lleva a la pareja a tener una discusión que desemboca en la crisis más grave que habían tenido hasta el momento. Ahora, años después, sabemos que la participación de Irene Rosales en 'GH Dúo' tuvo como condición que Kiko Rivera pusiese remedio a la estafa del matrimonio, lo que explicaría la actitud fría de la pareja durante el concurso:
13 días después de que acabara el reality, la pareja acude al registro civil de Castilleja de la Cuesta para, esta vez sí, convertirse legalmente en matrimonio. Según Pablo González, la boda real de Kiko e Irene fue algo exageradamente frío e impersonal: "Acudieron por separado al registro civil y allí coincidieron, se casaron, firmando los papeles a las diez y media de la mañana únicamente con la presencia de dos testigos, el representante de Kiko, Fran, y una amiga íntima de Irene para que esto quedase en el más absoluto secreto".
Pablo González le ha explicado a María Patiño que Isabel Pantoja era conocedora de lo sucedido y que llegó a decirle a su hijo "mantén a la fiera callada para que no desvele la mentira", pensando en que la revista a la que habían vendido la exclusiva no le diese "un tirón de orejas" a la cantante: "Esta información habría dejado en mal lugar a la publicación". Según el paparazzi, este fue el detonante de la mala relación existente entre Isabel Pantoja y su nuera, Irene Rosales.