Hasta la redacción de 'Socialité' ha llegado una información que va a sorprender a muchos. Al parecer, la versión cercana y amable que el cantante madrileño José Miguel Conejo Torres, más conocido como Leiva, no es la real. Una organizadora de eventos y conciertos que ha trabajado con el artista en más de una ocasión asegura que es déspota, excéntrico y mal educado.
Según ella nada tiene que ver con la actitud respetuosa que vemos delante de las cámaras, al parecer, trabajar con el artista es todo un suplicio:
"Cuando de casualidad coincides con él ni te saluda ni te mira a la cara, y digo de casualidad porque te pide cosas para su camerino, pero ni siquiera puedes acercarte a él. Mira que llevo años dedicándome a esto, pero es la vez que más complicado me lo han puesto".
La trabajadora define al cantante además como una persona altiva que ni siquiera coincide con su propio equipo:
"Es súper cerrado y súper hermético, montaron una fiesta después de un concierto en la que podías entrar, pero no llegar hasta la zona VIP donde estaba Leiva. Para la banda y todo su staff montaron un camerino gigante, pero él ni siquiera pasó por allí, su asistente cogía unos platitos y le separaba cuatro cosas para llevárselas al camerino. Surrealista todo".
Además, esta organizadora de eventos asegura que en su camerino el madrileño exige una serie de requisitos bastante excéntricos:
"Le tuvieron que poner una luces rojas que parecía... eso (...) Le pusieron una alfombra roja y hasta me pidieron que consiguiera un mantel negro porque necesitaban cambiar el aura del camerino (...) Había flores y una foto de Maradona, obliga a su equipo a montar toda esa parafernalia para solo unos minutos".