Tirso vuelve a casa después de haber demostrado su inocencia y descubre que toda su familia sabe la verdad sobre su enfermedad. Tratan de convencerle para que pase por quirófano de forma inmediata, pero Tirso se niega. Antes debe acabar con Romero. René y Amanda descubren que la gente que contrató a René es la misma que ha contratado a Romero, y urdirán una trampa para detener al excomisario. Por su parte, la familia de Tirso se da cuenta de que siempre han dependido demasiado de su padre y deciden que ha llegado el momento de valerse por sí mismos. Santi recupera la custodia compartida de sus hijos, Jimena y Nelson intentan reabrir la Fundación y Gladys se reconcilia con Pepe para salvar su bar. Pero Romero es un tipo escurridizo y, antes de irse, tiene planeado un último objetivo que puede truncarlo todo.