La trayectoria de Rafa Ramos es un ejemplo de cómo el tiempo y la dedicación pueden transformar a un actor juvenil en un profesional del teatro con una carrera en expansión. A Rafa Ramos se le recuerda por dar vida a Germán Roncero, el amigo intelectual y sarcástico de Fidel en 'Aída', la popular serie que fue una de las más vistas en España durante sus años de emisión. Aquel personaje de niño serio, con gafas y peinado prolijo, consiguió quedarse fijo en la memoria de los seguidores de la serie, que aún recuerdan sus divertidas apariciones y su dinámica de "niño sabelotodo".
A pesar de la fama conseguida gracias a Aida durante su infancia, donde empezó aparecer con tan solo 13 años y en el año 2007, Ramos nunca dejó que el personaje de Germán limitara su carrera como actor. Tras el final de Aída, continuó formándose en interpretación, lo que lo llevó a instituciones de renombre en Madrid como el Laboratorio de William Layton y el Centro de Investigación Teatral La Manada.
Además, completó estudios en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, donde perfeccionó su técnica en actuación textual. Todos estos años de preparación ampliaron sus capacidades, pero también marcaron su transición hacia un estilo de actuación más madura y profunda, alejada de los estereotipos de su personaje de juventud.
Desde entonces, Ramos ha trabajado en diversas producciones, tanto en televisión como en el teatro. Entre sus trabajos posteriores se incluyen apariciones en la serie Gym Tony y en diversos proyectos teatrales como ‘Hijos de los 90’, ‘Una casa de locos’, ‘Le Bal de Parí’ o ‘Ha vuelto a amanecer. Este es un medio que ha afirmado valora profundamente por el contacto directo que permite tener con el público. La actuación en vivo y la preparación escénica han sido elementos que Ramos ha abrazado como actor profesional, diferenciándose del trabajo frente a las cámaras que fue la base de su carrera en los primeros años.
Hoy en día, Ramos es difícil de reconocer para aquellos que solo lo recuerdan como Germán. Su apariencia ha cambiado completamente: lleva el cabello algo más largo y barba, lo que le da un aspecto radicalmente distinto al del personaje que interpretó en su juventud. Este cambio visual también ha sido un reflejo de su evolución personal y profesional.
En entrevistas recientes, ha compartido que su paso por Aída fue una experiencia formativa, aunque la fama prematura trajo consigo también una serie de desafíos, especialmente en su vida privada. Al crecer bajo el escrutinio público, Ramos tuvo que aprender a manejar la atención y a redefinir su carrera para no quedar encasillado en el papel de "niño prodigio".
Con casi 30 años, Ramos sigue centrado en su pasión por el teatro y la interpretación y el mejor ejemplo es que hasta el mes de abril de 2024 iba a participar en una obra teatral con Pepe Viyuela. Sin embargo polémicas y problemas legales del director de la obra acabaron echando al traste este proyecto. A diferencia de otros actores que alcanzan la fama en televisión y buscan perpetuarla en el mismo medio, Ramos ha optado por una trayectoria bien diferente, enfocándose en evolucionar como actor en un primer lugar, y después priorizando proyectos que le permitan explorar nuevas facetas de la actuación. Su interés por en el teatro y su deseo de trabajar en papeles que desafíen sus habilidades son la demostración de su compromiso con la profesión y su interés en construirse una carrera versátil y duradera.