Hay series que marcan a una generación y otras que en el momento suponen todo un boom y luego se olvidan. En la memoria de uno queda saber qué lugar ocupa 'Sin tetas no hay paraíso', pero de lo que no hay duda es que en su momento esta serie fue toda una revolución.
Estrenada en un momento en el que las plataformas digitales actuales no existían y perderse un capítulo de tu serie preferida no era una opción, Sin tetas no hay paraíso consiguió que mucha gente optara por cambiar sus planes antes que saltarse su cita con Cata y con El Duque. También consiguió que muchos de los actores principales dieran el salto definitivo.
Mucha gente ya sabía quién era Amaia Salamanca, sobre todo aquellos que no habían querido perderse SMS, Sin miedo a soñar, donde también pudieron ver a unos jovencísimos Mario Casas y María Castro (que también apareció en Sin tetas no hay paraíso), pero para otros esta serie marcó el principio de la exitosa carrera que tendría después. Algo parecido sucedió con Miguel Ángel Silvestre, puede que alguien le reconociera por Motivos personales, pero con El Duque su fama alcanzó su punto más álgido.
En la serie había muchas tramas y subtramas, personajes principales y también algunos secundarios de esos que consiguen llevarse toda la atención, pero la relación de Cata y Duque era uno de los intereses principales y con toda la razón, porque la química que desprendían los actores era innegable. Saber cómo terminaba su relación era imprescindible para los seguidores de la serie y hacerlo de tal forma que no hubiera filtraciones lo era para el equipo. Llegaron a grabar dos finales.
Un final no es nada sin un buen principio y el primer beso de los protagonistas era un momento importante. Una escena que no parece haber envejecido demasiado bien, por lo menos así lo consideró la propia protagonista de la serie tiempo después, al ser preguntada sobe ese primer beso de los personajes.
En un momento de la ficción, Catalina huye de la fiesta de Duque, mientras él la persigue para tranquilizarla con un beso. “Puf, esto me hace recapacitar sobre muchas cosas porque no sé hasta qué punto ahora esto sería... porque al final yo estoy como medio huyendo, diciendo '¡Que me dejes!', él me agarra del brazo”, decía Salamanca tras volver a ver las imágenes en Días de tele y reflexionaba con la presentadora sobre si podría llegar a considerarse una “agresión sexual”, tal y como decía Julia Otero.
“Era un beso deseado. Ella se queda mirándole y por supuesto que hay un amor, pero si de repente solo ves ese pasaje, ahora podría haber muchas dudas con respecto a ese beso”, reflexionaba Amaia sobre esta escena que sería el punto de inflexión en la serie y que dejaría para el recuerdo una gran historia de amor.