0.00 - 5.00 | Cuando salgamos

Si ya había aires de final, hoy todo ha despegado con los alegatos de los defensores desde plató. Los cuatro finalistas están esperando al jueves con muchas ganas. Porque dan por hecho que ahí termina su experiencia. Lo que ni se imaginan es que se trata de una semifinal y sólo uno de ellos abandonará la casa. La ansiada final aún se retrasa. Por ahora, lo que sí sabemos (nosotros, aquí fuera) es que en dos días, además de perder a un finalista, los jefes de campaña regresarán a la casa. Y también se resolverá el juego de las esferas. Pero hasta entonces, aún hay tela que contar. Por ahora, la de esta noche. Así que conectamos con la casa.

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Seguimos en blanco y negro

Todos dormidos. Rafa se atusa el pelo. Y mañana amanecerá rizado.

Yo me despido también por hoy. Pronto más.

Luces apagadas

La casa se queda en blanco y negro. Todos durmiendo. Que sepamos. Quitando una segunda visita de Rafa al baño. Ida y vuelta.

Otros secretos

Marta intenta hacer gárgaras o no atragantarse. Le ha pedido a Adrián que cierre los ojos mientras lo intenta, pero le ha dado un ataque de risa y no consigue ni inclinarse hacia atrás.

Después de eso pasan por los carteles. "El amarillo llama la atención", dice Marta de su cartel. Adrián le enseña las pulseras de Ana que lleva en la foto del suyo.

Caminan al paso hasta el dormitorio y se meten en la cama entre susurros. Le dice Adrián que cuando salga tiene varias cuentas pendientes que cerrar. También le dice que hay cosas que quiere dejar enterradas con el concurso. Marta le pregunta si se refiere a cosas personales. Pero Adrián no cierra el asunto y le dice a Marta que cuando estén fuera le puede preguntar lo que quiera. "Lo que quiera, te contestaré y lo que no, no". Marta le dice que también tiene cosas que quiere contarle para que comprenda cómo es ella. Cosas que le han pasado en los últimos años. Adrián cree que es algo turbio y le dice que tiene muchas ganas de estar solos: "en una casa o en un hotel. Pero sin cámaras. Como cuando te conoces fuera".

Repasando el programa

Marta, con la ayuda de Adrián, recuerda la defensa de campaña que le ha hecho Colchero hace apenas unas horas. Después hacen repaso de los cambios que han visto en los defensores. A Cora y a Colchero no les ven cambios. Entonces caen en la cuenta de que apenas han pasado cuatro días de la marcha de Colchero. Y menos de la de Cora. A Brenda sí le ven cambios. Y a Carmen también. Adrián se ha fijado que se ha planchado el pelo. Y ambos coinciden en que estaba muy guapa. Aunque Adrián lo ha dicho primero.

Adrián teme que los que han salido ya, cambien su opinión sobre él. Pero luego piensa y no se le ocurre nada que haya dicho o hecho para que eso suceda. Así que se le pasa. Y cuando recuerda los gritos de ánimo que ha escuchado desde plató, se le pasa aún más. Hasta que se acuerdan de Rafa y se les vuelve a pasar. Pero en otro sentido.

Se levantan para turnarse la playa. Adrián le hace cosquillas a Marta y ella se zafa. A lo que Adrián se encapucha en el abrigo y se mete al almacén. Sí, al almacén. No tarda en salir con un huevo en la mano y pretende pasárselo a Marta por la cara. Pero Marta protesta porque ya se ha lavado y el huevo está sucio. Así se lo ha dicho.

Adrián se va a la playa y Marta se queda en la cocina. Saluda a Rafa, que se ha levantado y se vuelve a ir. Luego habla un poco sola para finalmente dirigirse a la cámara. "Cámara, ¿te puedo hacer una pregunta? ¿Crees que puedo ser la ganadora de Secret Story? Dime sí o no. Marta, ganadora. Dime sí o no". La cámara le hace un zoom y nada más. Y Marta corre al dormitorio a contárselo a Adrián, que ya ha vuelto de la playa.

Escasez para la final

Carlos se despide de Marta y Adrián. Pero se queda de pie con su banderita ondeante hablando de la final. Dice Adrián que si sale el jueves y se encuentra que es tendencia en Twitter, le da algo. Después hacen planes. Planes culinarios. Básicamente no tienen muy claro cómo hacer para vaciar la nevera antes del jueves. O sea, comiéndoselo todo. Pero ni haciendo siete comidas al día. Mejor, porque como vacíen la nevera el jueves y vean que siguen ahí...

Carlos decide que ya se va. "Que me entretenéis".

Marta y Adrián se quedan haciendo manitas y vuelven a hablar de viajes entre besos.

Voy a querer estar solo, que me conozco

Adrián sigue recorriendo la espiral en la que no admite que alguien diga algo y luego haga otra cosa. Porque Tom dijo que no se iba a posicionar y se ha posicionado. Que ha hecho lo contrario de lo que dijo. Algo gravísimo que no se hace nunca. Jamás. De los jamases.

Carlos se va a ver si se puede promocionar en la cámara que apunta a las mariposas. Lo ha dicho él. En ese rato Adrián le dice a Marta que cuando salgan y vayan al hotel, va a pedir habitaciones separadas. Marta no entiende. "Voy a querer estar solo, que me conozco". Marta sigue sin entender. Y eso que tiene las sinapsis a pleno rendimiento con flujo de glucosa ininterrumpido. Adrián le dice que nada más salir va a querer hablar con sus padres y con sus amigos y ver su móvil. "Que igual a la hora ya lo he hecho todo y me voy contigo", le dice después. Hay que cubrirse bien, no sea que cambie de opinión y caiga en su propia denuncia.

Separación de bienes

Adrián expone a Carlos sus quejas. Lo que más le molesta es que le hayan dicho hoy que no merece estar en la final. "Alguien que está valorando sólo los últimos quince días, no los setenta y cinco". Marta también tiene quejas. Todas para Miriam. Algo le pasa con unas gafas (imagino que las ha cogido Miriam) y dice Marta que como mañana no estén en su sitio... se lo va a decir. Y se come otra galleta. Adrián le coge el relevo y trina también ahora porque Miriam le ha dicho que debiera compartir el premio, si ganara, con Marta. Y que si quiere lo hace, pero que sería cosa suya, no de Miriam. Marta lo secunda y pide separación de bienes.

Me voy a despachar

Carlos aprovecha el silencio de la noche para hacerse campaña y pedir unos voticos más.

Cuando termina va al dormitorio, susurra con Marta y cuando llega Adrián, se van los dos a la cocina. Dice que "si mañana me tocan los huevos, me voy a despachar a gusto. De perdidos al río, que es la final". Carlos dice que si le habla así, no le entiende. No sé si es por el volumen o que quiere datos concretos.

Empiezan con la nocilla. Es abrir los botes y Marta no tarda en aparecer. Y ni siquiera había terminado la frase anterior y ya la veo con la galleta untada. Y mientras escribo esta línea va por la tercera. Una máquina.

El dardo

"La única historia real que ha habido en esta casa. Carmen. Dardo que nos ha enviado", Adrián saca tema. Marta le dice que no se había enterado bien y Adrián le repasa éste y otros momentos y preguntas que les han hecho en el programa de hoy.

Está muy molesto porque dice que cuando Tom entró dijo que no se iba a posicionar y ahora se ha posicionado. Adrián quisiera que le pusieran el vídeo de cuando entró en la casa y dijo esto. También le molesta que dice que están constantemente dando la vuelta a las cosas "para que quedemos nosotros como los malos". Y dicho esto, se levanta, se calza y sale al jardín. Marta se queda pensativa en la cama. Las manos entrelazadas en posición de rezo.

O de maquinamientos. En la cama diagonal, Miriam duerme con un gatito. Junto a ella el otro peluche, el que es más gordo y tiene ojos lisérgicos, monta guardia.

Todo tú

"No te lo crees, pero me gustas todo tú. Tus ojos de perro pachón, tus labios gorditos...", esta es Marta a Adrián. Adrián se queda con perro pachón y Marta lo compensa: le dice que sólo se aprecia en las fotos y le llama achuchable. Pero lo que más le gusta de él es: "esta parte de aquí". "Los hombros", traduce Adrián. "Y tu boca", sigue Marta. Y sigue con más, aunque Adrián se empeñe en seguir el camino del chico inseguro. "Son feas", dice sobre el último piropo de Marta.

Desprepararse

Carlos ha salido bajo la lluvia protegido por un paraguas transparente. Ida y vuelta. Probablemente a la playa. De regreso a la casa se ha puesto el pantalón que les regalón Belén y su camiseta promocional. Guarda cuidadosamente la ropa que se ha puesto para la gala. Se quita el maquillaje, se lava la cara y ahora se está dando productos varios. Cambio de señal a ver por dónde van Marta y Adrián.

Viajar cerca

Marta ha llegado a la cama de Adrián. Le ha puesto el brazo sobre el pecho y se acarician. Le dice Marta que ella ya se lleva un premio y es él. Hablan de su vida después del concurso. De hacerse un viaje. "Pero a Dubái no, que es muy caro". "Jope", Adrián ha protestado. "Bueno, has dicho que si ganas, lo pagas tú", Marta se replantea Dubái.

En el otro dormitorio Tom ya está en la cama. Tapado hasta el cuello y mirando al techo. Miriam y su séquito de peluches están en el baño preparándose para irse a la cama. Y Rafa ya se ha escondido en su edredón.

No, Miriam

Rafa hace recuento de las semanas que Carlos pasó con Brenda y las que ha pasado con él. Y resulta que sale ganando. Ay, cuando suba Brenda.

Se preguntan que les esperará mañana. Creen que nada. Pero Tom les recuerda que por el día hay prueba y los miércoles se la suelen explicar. Miriam aterriza de algún largo viaje:

-¿Hoy día no se ha ido nadie?, pregunta según sale de su nave.

-No, Miriam. ¿No te has enterado?

-¿Entonces? No entiendo.

Y Carlos le explica la final que todos se han imaginado para el jueves. Menudo shock se van a llevar.

Señales

Cachis. Me he perdido a Miriam y las conexiones espirituales. Aunque algo he pillado. Parece que tiene conexión directa. Sólo que no siempre le dan la respuesta correcta. Por ejemplo, el año pasado pidió una señal para algo relacionado con la maternidad, su contacto le envió la señal, y luego resultó que la señal no trajo nada detrás.

Por cierto, Marta localizada en el baño secándose el pelo. Ni rastro del cubrehombros.

La cama de al lado

Adrián pensativo y solo en la cama. Marta no está. Su ultima aparición en mitele ha sido en el baño. Justo antes de negar que la prenda blanca de la silla fuese el cubrehombros. Adrián se frota la frente y vuelve a la mirada perdida.

Pues ya ha caído. Con su peluche entre manos y la cama de al lado vacía. Bueno, no del todo. Hay dos fotos suyas y dos de Marta. En verdad es mucho peor que si sólo fuese una cama vacía. Pero me dejo de imágenes trágicas, que tengo a Miriam hablando de conexiones espirituales en la otra señal.

Siempre el más corto

Miriam, armada con varios peluches, le pregunta a Tom en la cocina si él aconseja a sus parejas qué ponerse. "Siempre el más corto", ni lo ha dudado Tom.

"Claro", explica que a él le gusta levantar pelusilla y presumir de novia. A Miriam, que su primera reacción ha sido de mala sorpresa, le ha ido cambiando la sensación. De pronto le parece que eso es de alguien seguro: "porque alguien inseguro te hace ir como una monja". Y se señala el cuello, ahí donde ahoga un hábito.

El cubrehombros

En la cocina quedan Rafa, Tom, Carlos, Miriam y los cuencos. Tom cuenta una aventurilla (esta vez fue con el coche de su padre). Una noche loca, allá por los 16. Sin permiso (paterno) y sin carnet, premisas ganadoras para que la historia merezca ser contada. Sin embargo, a Tom le sirve de introducción para preguntar a los demás si ellos cuentan en sus biografías con travesuras similares.

Aparece Marta cumpliendo alguna misión que le ha pedido Dumbledore: "de la prueba falta un cubrehombros. Blanco". Nadie sabe qué es un cubrehombros. Marta lo explica y resulta ser lo que parecía por su nombre. Rafa la remite al armario. Sin especificar cuál. Y Carlos se apiada y va a ayudarla. Pero terminan todos en el baño lavándose los dientes o desmaquillándose. Miriam encuentra algo blanco en una silla. "¿Esto, mi niña?", dice levantando la prenda. Pero no, no es el cubrehombros.

Las cosas como son

Rafita tiene a Miriam al borde de un ataque de risa. Bueno, en verdad ya ha saltado al vacío.

Miriam estaba diciendo que ella ha venido a la casa a conocerlos a todos, no a que se la conozca a ella. No como otros. Marta quiere saber quiénes son esos otros. Pero Miriam dice que habla en general y entonces... Rafa. Rafa dice que casi todas las visitas que han venido se han dedicado a hablar y ellos a escuchar. "Las cosas como son". Pero sobre todo lo dice por Víctor. Marta quiere defender lo contrario, pero Rafa saca la prueba irrefutable: "¿a que sabes quien es María Riesgo?". Marta responde que sí y Rafa remata: "claro, porque lo contó mil veces. Igual que sabes quién es Gustav Klimt. Porque te lo han repetido hasta la saciedad". Pues eso. "Las cosas como son." Y Miriam se parte de risa porque Rafa no para de repetir el nombre de María Riesgo. Y cada vez que lo dice Rafa, Miriam lo repite. Y así llevan un buen rato hasta que se dan cuenta de que no es María sino Marta Riesco. Así que lo mismo pero con Marta.

Miriam sigue repitiendo el nombre y riéndose sola mientras Carlos y Tom se toman un tazón de leche. Lo de leche lo digo por la hora. Podría ser cualquier otra cosa.