18.00 - 02.00 | Altibajos entre Marta y Adrián

Dispersión general. Rafa coincide con Miriam en el baño y Miriam le dice que cree que Tom ni siquiera se enfada cuando han discutido. Cree que está aburrido y que busca picar. La conversación sigue en el salón, pero ahora hablan del enfado de Cora. Carlos se une.

Y con esto terminamos por hoy. Pronto más.

"Un fracaso", dice Carlos. "De textura mejor, pero le falta sabor", dice Rafa. Así que Carlos va a por el tercero. Y ha guardado la mitad de la masa para hacer un cuarto si el tercero no da la talla. "La repostería no es lo tuyo, amiga", se adelanta Miriam. Pero Carlos no piensa parar hasta que lo consiga. Eso ha dicho. No sé cuántos bizcochos van a poder probar. Marta y Adrián se han unido a la cata. "Ahora espolvorea", sugiere Marta mientras Carlos le echa cucharadas de cacao por encima al último bizcocho.

Y el resultado es: "ha mejorado", según Marta, que ya ha probado los tres. Y Rafa está de acuerdo. Aunque no lo suficiente como para que sea el último. Miriam le aconseja que lo haga en el horno, no en el micro. Pero el ansia les puede.

Miriam y Tom consiguen dejar la discusión y Miriam se va al sofá, donde están Cora y Rafa. Y de nuevo sale el tema entre Cora y Miriam. Después de varios intentos consiguen hablar del tema y quedarse ambas sin conflictos con los que irse a la cama. Marta y Adrián están tumbados en la mesa mientras las chicas hablan. Carlos también aporta: está haciendo un bizcocho. Cree que les hace falta un poco de dulce.

Lo que pasa que el primer bizcocho ha quedado un poco duro. "Parece poliespan con chocolate", es la opinión de Rafa. Menos mal que hay una segunda oportunidad. La otra mitad de la masa aún no ha pasado por el micro.

La discusión entre Miriam y Tom no se relaja. Tom se muestra muy molesto porque Miriam le haya dicho que va a los concursos a buscar carpetas. Miriam insiste que no hay nada de malo en buscar una carpeta y Carlos intenta mediar y le dice a Tom que es lo mismo que si le dice que va a los realitys a conocer a una chica (y así no le suena tan mal). Pero no cuela.

Miriam llega a la cocina y Tom pregunta en voz alta delante de Miriam, Cora y Carlos si Miriam y Cora han arreglado sus cosas. Miriam dice que ya le ha dicho lo que piensa y Cora responde que ella no piensa igual. Además le dice que no le ha gustado su tono. Miriam le dice que ha sido irónica, pero que no le ha hablado mal. Tom interviene y Miriam y él terminan discutiendo. Miriam le dice que él vino a la casa con la intención de pinchar a la gente y que él mismo lo ha reconocido. Tom le dice que también le acusó, y a Sara de paso, de venir a hacer una carpeta y Miriam le acaba llamando carpetero.

Miriam y Cora retoman su desacuerdo y Cora dice que le molesta que le digan si es empática o no. "Por ahí no paso", dice Cora. Y Rafa, que se ha sentado a comerse un bocata de atún, le dice a Cora que si ahora también le copian las frases. También añade una defensa a Miriam, Cora le dice que porqué se mete, Rafa responde que se mete porque vive en la casa y acaban discutiendo Cora y Rafa.

El tercer round es de nuevo entre Miriam y Tom. Miriam le dice que si él se ha metido con su concurso y con su expareja, ella también tiene derecho a llamarle carpetero. Tom contrataca diciendo que tiene fijación contra él y que todos se lo dijeron el primer día. Miriam pregunta y Rafa dice que él no y que de hecho a él le pareció lo contrario, que Víctor y Tom atacaban a Miriam.

Dice Adrián que no sabe si llega a la habitación rosa. "Me estoy durmiendo", les dice a Rafa y a Tom, que se la habían cedido toda para la pareja. Luego hablan entre ellos de nuevo. Le dice Marta que quiere que sepa que si se va mañana le va a echar mucho de menos. "Aunque sean cuatro días". Adrián le corresponde y le dice que él también. "Aunque sea un cuarto de hora".

Cora le sigue dando vueltas al encontronazo con Miriam y la acusación de falta de empatía. Se lo cuenta ahora a Carlos mientras le pinta las uñas en la cocina.

Tom les dice a Marta y a Adrián que les dejan solos si quieren en la habitación. Carlos se lima las uñas y Tom llama a Rafa y le hace la propuesta. "Como a Adrián no le gusta la habitación blanca, así les dejamos", sigue Tom. Marta se sonríe. Adrián sólo se ríe. Luego hablan entre ellos. Marta le pide prestada una cuchilla de afeitar (pero no para ya, para un día). Y Adrián le hace preguntas: "¿eres escandalosa?". "Ya lo verás", le dice ella acariciándole el pelo. "Igual no llego a comprobarlo", sigue Adrián. "Pues será por tu parte", le dice Marta. Porque por la suya tiene toda la intención de seguir y ninguna de no intentarlo.

Tom hace un ranking de los finalistas: "quinto, Marta; cuarto, Carlos, tercero, Adrián. Y la ganadora, Cora". "Y yo segundo", dice Rafa. "Pues sí", dice Tom. Y ahora le pide a Cora que diga quién va a ganar. "Yo", dice ella. "Muy bien", esa es la actitud. Adrián cree que entre Rafa y él quedará el primer y segundo puesto. Después el tercero y cuarto entre Cora y Marta. Y quinto, Carlos. Así lo ven.

Carlos y Miriam ya han salido del jacuzzi. Miriam se va a la ducha y Carlos va al salón. Cora y Tom se van a hacer la cena. Pero antes Cora le insiste a Rafa para que le dé su ranking.

Cora le hace un masaje a Tom. Marta habla de lo rápido que se duerme. Por su secreto, algo sabemos. Dice que en el coche también le pasa. Adrián, sin embargo, explica que a él le pasa justo lo contrario, tarda en dormirse.

Cora cambia y le hace ahora un masaje de drenaje a Adrián. Rafa y Marta amenizan hablando de entresijos, gallinejas, madejas y vísceras.

Cora va al jacuzzi. Miriam le dice que está hablando con Carlos y que les cierre la puerta, pero Cora dice que es un momento y entra. Miriam le echa entonces en cara una falta de empatía. Parece que cuando Cora estaba hablando con Marta en el dormitorio, Miriam ha entrado y Cora le ha pedido que las dejase a solas porque estaban hablando de una cosa suya. A Miriam no le ha gustado y le acusa de falta de empatía por haberle pedido que se vaya. Cora no lo ve así y no se ponen de acuerdo. Cora se va y Miriam se queda con Carlos, que no sabía de qué discutían Cora y Miriam.

Cora se va a la casa y se desahoga con Tom. Le cuenta lo que le acaba de pasar. Y después a Adrián. "Me revienta", Cora ha terminado igual los dos relatos. Adrián piensa que igual a Miriam le ha sentado antes mal y ahora se lo ha devuelto a Cora.

Cocina. Marta, Cora, Tom y Rafa comparan la infancia de antes y la de ahora. No tengo claro en qué momento marcan el antes y el después, pero sí tengo claro que Marta y Rafa están de acuerdo en que pasar la infancia en un pueblo o en una ciudad sí hacen una gran diferencia. Una vez sale el tema del pueblo, ambos se emocionan contando juegos, concursos y eventos que celebran.

Cora se va al cubo, aunque no la abren. Pero a Rafa no le ha pasado desapercibido el intento. Tom ya no está. Y Adrián aparece sentado y encapuchado en una silla. Tal vez estaba ya antes. Marta y Rafa siguen hablando de sus pueblos.

Miriam se va al jacuzzi. Sola. En la cocina se sorprenden, pero al poco Adrián observa que Miriam sólo se necesita a sí misma para pasar un buen rato.

Carlos se acerca a estar con ella y charlar un rato. Hablan de cómo se relacionan con unos y otros. Se dan cuenta que ellos mismos no se relacionan igual ni hablan de las mismas cosas con unos o con otros. El ejemplo lo pone Carlos. Con Laila hablaba de maquillaje y con Rafa no se le ocurre sacar ese tema. Miriam luego habla de la empatía. Cree que hay muy poca. Dice que ella ha intentado conocer a todos, pero que sabe que con Marta o Adrián no tendría nada fuera. También dice que para ella Rafa es su claro ganador. Y de Carlos, le dice que fluye solo.

Marta y Cora arreglan sus diferencias en el dormitorio. Marta se sentía mal por haber pensado mal de Cora. Terminan la conversación con un abrazo y Cora va a la cocina a descifrar el enigma del cui. A Carlos se lo han tenido que explicar. Adrián va al dormitorio a preguntarle a Marta por otro juego que conocen ambos. Como si no hubiera pasado nada hace un rato. Y van también a la cocina a ver el juego de Tom a Cora.

Yo lo acabo de pillar. Pensaba que era una vacilada de Tom.

Rafa y Miriam cenan y Carlos prepara. Les dice que hoy por hoy le gustaría llegar a la final con Rafa y Marta. Llega Adrián y al poco Tom con un juego. "Hay dos cuis, uno es verdadero y otro es falso. Mírame, éste es el verdadero, mira: cui. Y ahora, éste es el falso: cui". Y se pone a hacer cui, cui para que los demás distingan. Rafa dice que lo pilla. Adrián tarda un rato, pero dice que también. Se acerca a Tom, le da una explicación al oído y Tom dice que lo ha pillado. Pero Carlos no. Y Tom lleva diez minutos diciendo cui, cui, cui y riendo a intervalos.

Marta deja la luna y va a la cocina. Miriam le pregunta de dónde viene y ella responde que de la playa. Cora hace acertijos y Rafa un truco que le enseñó Álvaro. Adrián se cambia de chándal en el vestidor.

Rafa, Miriam, Carlos, Cora y Tom se dicen qué cosas les gusta de sí mismos. A Miriam le gusta su culo. Y a Cora también le gusta su culo (el suyo). A Tom, "todo". A Rafa el duodeno, o eso dijo en el cuestionario. "El pelo, yo qué sé", añade ahora. Miriam suma los ojos y los labios de Rafa. Luego se ríen de Héctor: "mi cerebro, y lo dijo él de sí mismo", dice Rafa. "La intelectualidad", dice Cora.

Faltan Marta y Adrián. Para coger ideas.

En la cocina Miriam les dice a Carlos, Cora y Rafa que se preparen para los twits y las preguntas de la audiencia. Les dice que aunque ahora se lleven bien, que esas preguntas les van a poner entre la espada y la pared. "En Twitter hay muchos opinólogos que hacen unas preguntas muy heavys", advierte.

Marta se queda un rato sola en el dormitorio mirándose las uñas. Adrián vuelve. Le dice que tiene todo lo que necesita y aún así se siente mal y le dice que busque dentro de ella por lo que no está bien. Marta le dice que lo ha pasado mal y que le produce inseguridad que él no se acerque a ella cuando está mal. También se disculpa por no haberse acercado ella a él. Adrián le dice que le está echando a él la culpa. Y ella insiste que no. Tampoco llegan a nada. Adrián se va a la ducha y Marta se queda en esta estampa:

Marta y Adrián hablan del jueves. Y lo que eso ha traído hasta la fiesta de ayer. Y a hoy. Adrián le dice a Marta que entiende que ambos se sienten mal por la salida de Colchero. Pero que igual que Marta necesita hablar las cosas para aceptarlas. Dice que él necesita no hablarlas. Marta entiende, pero le dice que le hubiera gustado que él la buscase más. "¿Pero por qué no me buscas tú a mí?", dice él. Marta le dice que ella sí le ha buscado y decide que Adrián no le está entendiendo y que mejor cortan la conversación. Adrián le dice que está recibiendo todo el rato que está frío y distante. "Si llego a saber que iba a pasar la final así", le dice. Y trae de nuevo a Colchero para decirle a Marta que si Colchero les está viendo, "estará flipando". Marta le mira fijamente con los ojos muy abiertos. Adrián se enfada y Marta le pide que no levante la voz, que no quiere que se entere toda la casa de sus cosas. "Si nos está viendo toda España", le dice él.

Siguen hablando, en diagonal, cada uno sentado en una cama. Marta preferiría que Adrián se exprese de otra manera. O sea, que se exprese. Y compartir por lo que ambos se sienten mal (la salida de Colchero, seguimos con esto). Pero Adrián prefiere no ir a expresarle sus penas viendo que ella también está mal por lo mismo. No llegan a acuerdo. Adrián se va del dormitorio y Marta se queda pensativa y cabizbaja. Se han enfadado.

Le dice Miriam a Adrián que hoy le recuerda a un mariachi por los pantalones que lleva. Cosas de Miriam. De ahí, Adrián le dice a Marta que le contratará un mariachi un día para que vaya a despertarla a su pueblo. "Desde Dubait, yo mientras me voy a Dubait con Tom", dice también. Miriam le pregunta a Marta que qué le gusta. Pero ella dice que si lo dice, ya no tiene gracia. Sin embargo también da el dato de que nunca le han regalado flores. "A veces ni me han felicitado por mi cumpleaños". "¿Y tú permites eso, Martita?", pregunta Miriam. Luego añade que a ella le gusta más que le regalen a regalar. Marta lo acepta, pero se esfuerza en decir que a ella le encanta regalar. "¿Pero no te gusta regalar?", le dice a Miriam. "Sí, pero me gusta más que me regalen. Las cosas como son", responde ella.