'La casa de los secretos 2' ha desvelado en su arranque las identidades de los nuevos concursantes de la edición, que entran al concurso con secretos por descubrir. Antes de ganarse del todo su plaza en la casa, los participantes debían enfrentarse a dilemas que el público después juzgaría.
Carlos tiene 27 años, es creative y es de Madrid. "Me identifico como persona no binarie. Eso quiere decir que no me considero ni hombre ni mujer, estoy ahí en medio. Comparto cosas de ambos géneros pero no me siento identificado con ninguno. Los pronombres no me importa que se refieran a mí con 'Él' o 'Ella', o que sea incluso el género neutro con la 'e", explicaba en su vídeo de presentación además de revelar los episodios de su vida que más le han marcado.
El participante entra en la casa con la intención de dar visibilidad a las personas no binaries, recibiendo la ovación de los colaboradores en el plató. Además, también obtuvo el reconocimiento de Conchita Wurst, que le mandó un mensaje deseándole mucha suerte.
Por su parte, Carmen es cordobesa, tiene 25 años y es estudiante de matemáticas. Le apasiona contar su vida a través de las redes sociales y ahora quiere compartirla con los espectadores en 'La casa de los secretos'.
Pero no es una pasión que le viniera de hace mucho tiempo, sino que le surgió a raíz del confinamiento. Ahora en las redes sociales ha encontrado un mundo 2.0 que no piensa abandonar. O al menos, no de forma definitiva, ya que en el reality tendrá que separarse de ellas el tiempo que esté en la casa. Lo que sí le ha gustado desde siempre es la astrofísica.
La primera gala de 'La casa de los secretos' ha empezado fuerte para Carlos y Carmen. Para poder entrar en el concurso, debían superar sus fobias a los insectos y las salamandras con la intención de encontrar la llave que les abriría las puertas de la casa. Con mucho "asco" y miedo, hicieron lo que pudieron por no intentar tocar a los animales pero no lo lograron. Eso sí, ello no les impidió seguir jugando porque no pensaban renunciar a entrar en el reality.