El momento en el que Mila Ximénez se enteró de que padecía un cáncer de pulmón fue algo que jamás olvidará. La colaboradora ha explicado que desde hacía tiempo notaba fuertes dolores en la espalda y que, aconsejada por Jorge Javier Vázquez, acudió a una clínica a hacerse una resonancia. Tras visitar a un par de médicos dieron con la respuesta.
Mila no podía creer a la doctora que le daba el diagnóstico: "¿Hablas en serio?, estás de coña". La colaboradora comprendió que se trataba de algo serio cuando llegó Ester, su oncóloga, a la que considera su "ángel de la guarda":
Su oncóloga le explicó que su tumor no está localizado, si no que tiene ramificaciones y se ha extendido a otras zonas del cuerpo como el hígado:
"Los médicos me han explicado que cuando un cáncer está localizado se le dispara y punto, pero a este no se le puede disparar". Mila., pese a estar con una actitud positiva y decidida a enfrentar con fuerza la enfermedad, ha reconocido que no termina de aceptar lo que le ocurre: "Jamás pensé que tendría un cáncer, no pensé que esto me pudiera pasar a mí".
Desde aquel momento, las muestras de cariño hacia la colaboradora fueron constantes, pero si hay una persona en la que Mila se está apoyando y que se ha convertido en un gran amigo más aún si cabe ese es Jorge Javier Vázquez: "Él lo está pasando muy mal con todo esto, está siempre ahí, no me deja que me derrumbe ni que haga dramas". Y es que eso es lo que Mila no quiere, dar pena: "No quiero dar lástima, no quiero dramatizar, de esto vamos a salir".
Algo que Mila no va a poder olvidar, tal y como ella misma ha contado, es el momento en el que tuvo que armarse de valor para decirle a su hija Alba que padecía un cáncer de pulmón con metástasis. El silencio de Alba es algo que la colaboradora recuerda y que le hace llorar amargamente:
"Alba es lo que más quiero, yo siempre he intentado protegerla de todo, tenerla en una burbuja y que nada le doliese, lo que a ella le roza a mí me destroza".
Mila ha explicado que las primeras palabras de Alba cuando por fin consiguió reunir las fuerzas necesarias para contárselo fueron únicamente pidiéndole que se curase porque le hacía mucha falta, algo que la colaboradora no ha dudado en prometer. Alba tardó apenas unas horas en coger un avión y volar hasta Madrid desde Ámsterdam, ciudad en la que reside con su familia, para estar al lado de su madre en estos momentos tan complicados.
Pese a que Mila se encuentra totalmente segura con el médico que está llevando su enfermedad y contenta con el tratamiento que está recibiendo, lo cierto es que su hija no ha dudado en pedir una segunda opinión: "Alba se ha llevado todos los informes a Ámsterdam, quiere hablar con los médicos que estuvieron con su suegra cuando tuvo la misma enfermedad".
Con todos en pie, aplaudiendo y muchos de ellos llorando. La colaboradora regresaba a la que es su segunda casa y lo hacía arropada por los colaboradores, los directores, la presentadora, el equipo técnico del programa... Con lágrimas en los ojos, Mila ha reconocido que ha echado muchísimo de menos a sus compañeros y que al menos saca algo positivo de esta situación: "Estoy viendo que hay mucha gente que me quiere".