Lydia Lozano se enfrentaba a una dura prueba de fuego ante el polígrafo de Conchita. Tras casi dos semanas en tela de juicio por una falsa información de la hija de Rocío Flores que le proporcionaron “para hacer daño”, la colaboradora se ha armado de valor para demostrar su verdad.
Lydia no ha salido mal parada de esta entrevista pero lo cierto es que algunas mentiras han dejado en evidencia los miedos de la periodista. Por ejemplo: ha mentido cuando ha dicho que no creía que el fiasco de su información no era un nuevo golpe a su credibilidad, que no le tenía miedo a José María Franco por lo que éste podría decir de ella o que no llamó a Stella Goñi para que no le hablara mal de José María Franco.
Ha sido una respuesta la que más ha dado que hablar entre los colaboradores. Lydia ha confesado que no ha recibido amenazas de José Mª Franco pero considera que "su tono ha sido amenazante". Más tarde ha recibido con satisfacción la resolución de la que, para ella, era una de las preguntas más importantes: Conchita verifica que Lydia es periodista y que no tiene asignaturas pendientes. Después, se ha emocionado y ha pedido perdón a sus compañeros por "haberlos dividido".
La periodista se ha defendido de todos los ataques recibidos, se ha roto al decir que no busca protagonismo, ha arremetido duramente contra Kiko Matamoros ("es un mal imitador de Kiko Hernández, está haciendo un papelón") y ha protagonizado un duro enfrentamiento con Antonio Montero.