Javier Santos no pierde la esperanza de conocer a Julio Iglesias: "Es mi padre y no le odio"
Las pruebas de ADN le dan la razón a Javier Santos en un 99,9%.
Reconoce que no le odia pero que hace años sintió rechazo hacia él.
"Me encontré con él, me miró, agachó la cabeza y siguió adelante"
Javier Santos lleva años luchando para que Julio Iglesias le reconozca como su hijo. Después de que unas pruebas de ADN le dieran la razón a un 99,9% y la justicia española le diera de lado, la ONU ha puesto sus ojos en este caso para intentar esclarecer el asunto. El supuesto hijo del artista español más internacional visita el plató del programa para contarnos cómo ha gestionado esta polémica de su vida.
“Estoy preocupado por la salud de mi padre, espero que esté bien y dure muchos años y así será mayor la esperanza de poder conocerlo” han sido las primeras palabras del joven en su entrevista con María Patiño. “Una de las cosas que más ilusión me hace es que conozca a su nieta (a su hija). Quiero que tenga los privilegios que yo no he tenido”, añade.
Santos confiesa que cuando recibió las pruebas de ADN favorables, lloró sobre todo por la satisfacción que sentía al ver que la lucha de su madre daba al fin sus frutos. Además, cuenta que el propio Julio José le presentaba como su hermano antes sus amistades y reconocía que Javier era el que más se conocía a su padre. Nuestro invitado reconoce que no odia a Julio pero sí que admite que de joven llegó a sentir rechazo hacia él.
El fallido encuentro de Julio Iglesias con Javier Santos
Javier ha hablado de las complicaciones judiciales que se ha encontrado y del hecho de que un organismo internacional como la ONU dé un tirón de orejas a la justicia española, después de que un juzgado de Valencia revocara lo que en un principio le beneficiaba.
Además, Patiño le ha preguntado sobre cuál sería la primera pregunta que le haría a Julio si hablara con él y ha respondido lo siguiente: "Le preguntaría que por qué este rechazo eterno". Pero hay más, confiesa que ha estado muy cerca de su padre y cuenta cómo se produjo ese (casi) encuentro: "Me miró, agachó la cabeza y siguió adelante".