Aunque en un primer momento Kiko Matamoros y Javier Tudela se han reencontrado con cierta cordialidad, lo cierto es que las chispas saltaban entre ellos en apenas unos minutos de entrevista. Kiko no tardaba en reprocharle al hijo de su exmujer que metiera en la casa familiar a su novia y a un perro que el colaborador no quería: “Yo era el que mantenía esa casa, lo mínimo que pudisteis hacer tu madre y tú era pedirme permiso ya que ahí lo pagaba todo yo, en lugar de eso tu madre me dijo que eras su hijo y que si no me parecía bien me fuese yo de la casa”.
Javier Tudela contestaba que las palabras del colaborador eran completamente falsas y Kiko saltaba como un resorte echándole en cara su falta de gratitud: “Cuando un hombre te acoge como su hijo, pese a no ser tu padre y sin tener que hacerlo, lo mínimo que puedes hacer es ser agradecido”.
Kiko y Javier se han echado en cara cosas mutuamente y en un momento concreto de su tenso cara a cara Tudela ha reconocido que con 18 años llegó a pedirle a su madre que se separara de Kiko porque “no les trataba bien” y porque no le gustaba como se comportaba: “En los últimos años Kiko no se portaba normal, estaba todo el día tirado en el sofá y no hacía nada, y no nos trataba bien ni a mi madre ni a mí”.
El colaborador, como era de esperar, no se ha tomado nada bien las palabras del que fuera su hijastro y ha sacado a la luz cómo eran las cosas realmente en la casa familiar, pintando a Javier como un auténtico vago que se dedicaba a hacer fiestas con sus amigos y a beberse los buenos vinos que Kiko tenía en la bodega. Además, el colaborador ha sacado a relucir la mala situación económica de Makoke y su hijo Javi y cómo él les mantuvo durante años: “Tendría que haber dejado que tu madre y tú vivierais con los 800 euros de mierda que tu padre os pasaba de pensión”
Kiko Matamoros y Javier Tudela se han atacado sin cesar, pero un tema que ha sacado de quicio especialmente al colaborador ha sido el de los famosos zapatos de Kiko que Javier Tudela tiró a la basura. El hijo de Makoke ha explicado el motivo por el cual se deshizo de algo que era propiedad de Kiko: “Esos zapatos eran de piel de cocodrilo y no me parece bien que alguien público haga apología de llevar prendas con piel de animal”.
Hasta tal punto ha llegado la bronca entre ambos y el duro cruce de acusaciones, que Kiko ha tenido que parar y calmarse por el estado de nervios en el que se encontraba: “Kiko, cálmate, respira”, le pedía Antonio Rossi a su compañero.