Paz Padilla acaba de pasar por uno de sus momentos más difíciles, el adiós a su madre, Lola, que fallecía la pasada semana a los 91 años de edad. La presentadora siempre habló de ella como su ejemplo y siguió haciendo del humor su modo de vida: “Ella disfrazaba la vida, las carencias las disimulaba y hacía que las pequeñas cosas fueran importantes para cada uno de sus hijos”.
“Vete tranquila porque tu esencia, como solías decir, la llevamos en los ‘gemenes”, se despedía Paz. La presentadora ha pasado estos días en su tierra y en las redes sociales hemos visto sus principales apoyos. Además de su hija, que dedicó unas emotivas palabra a su abuela, Paz publicaba un imagen junto a su marido: “Cada momento vivido con él me pone boca abajo, es mi Neptuno”.
Sin duda, este texto es toda una declaración de amor: “Sé que recorrería miles de océanos para estar conmigo, me protege de todas las tormentas, quisiera evitarme los tsunamis que te da la vida”. Recuerda que cuando eran pequeños le pedía que se agarrara a sus hombros para zambullirse en el agua: “Me hacía sentir una sirena libre en la espuma de nuestro paraíso, las playas de Zahara de los Atunes”.
Y es que, para Paz, no hay ser más “noble, bondadoso y generoso” como él: “Yo, al contrario que Sabina, sí lo quiero un domingo por la tarde y columpio en el jardín: lo que yo quiero, corazón cobarde, es que muero por ti”. Unas románticas palabras que termina dejándole algo claro a su chico: “Fuiste mi primer amor y te aseguro que serás el último”.
Su tierra también es muy importante. Paz se refugia en su Zahara de los Atunes, en su playa al atardecer: “Esto es lo que me da a mí vida, mi Zahara, la cuchichina”.
Y, siguiendo el ejemplo de su madre y su propio modo de vida, Paz ya está de vuelta en el trabajo y le hemos visto en stories con su habitual humor en una pausa de la grabación de ‘La que se avecina’ bailando con la Cuqui y sus Cuquitos.