Mila Ximénez ha conectado en directo para hacer su sección en la que manda al cielo o al infierno a los personajes que están en el centro de la polémica. En su última conexión, la colaboradora se derrumbó porque lleva mal la soledad del confinamiento, el dolor que le produce un herpes zoster y echa en falta su vida… pero pasados los días, rectifica.
Con mejor cara, los labios pintados de rojo y una sonrisa, la colaboradora nos ha contado que recibió un aluvión de mensajes de apoyo, descubrió que tiene cerca a alguien que es su ángel de la guarda y, al día siguiente, recibió la visita de su vecina. La colaboradora acaba de mudarse, no conoce a nadie y su vecina bajó a su casa para ofrecerle su ayuda, de hecho, fue a la farmacia en su lugar: “Gracias Ana, no lo voy a olvidar”.
Y, dicho esto, Mila Ximénez ha comenzado su sección mandándose a ella misma al infierno: “En estos momentos tan dramáticos yo creo que centrarse en tu problema es un acto de egoísmo”.
Sus sensaciones le impedían ver lo que está pasando a su alrededor: “No me estaba dando cuenta de que hay mucha gente que lo está pasando fatal, que tiene a familias en los hospitales, que no están enterrando a sus familiares…”
Por eso, cuando terminó su conexión se dio cuenta de que no había podido controlarse pero que ahora no hay que centrarse en uno mismo “sino en la gente que lo está pasando muy mal”.
A quien ha mandado al cielo es a María Patiño. Con sus palabras, la emoción se notaba en los ojos de la colaboradora, a punto de llorar: “Sé el miedo que está superando para ir al programa, he hecho de su canción un himno y estoy loca por volver a esas fiestas donde nos cogíamos de la mano y ella decía te quiero”; "yo también te quiero", le decía ella.