Un comentario de Mila Ximénez nos puso en alerta: lleva un mes sin hablarse con Lydia Lozano. La aludida lo confirmó, de hecho, comunicó entre lágrimas que fue decisión suya tras una exclusiva de Mila.
La colaboradora hizo unas declaraciones tras una bronca en plató, le acusó de victimizarse, de querer ser protagonista… y esta fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Lydia, que tomó la decisión de no volver a hablar a su compañera para no sufrir más.
Pasados los días, Mila Ximénez nos decía que se reitera en todo lo que dijo de Lydia, lo piensa y no fue para tanto ya que sean dicho cosas mucho más graves en directo: “Tiene la misma reacción que el hermano de Mafalda, que tiene la capacidad de aguantar un mes y seguir llorando”.
Además, se quejaba de que no se pueden arreglar las cosas cuando la persona a la que tienes delante no para de llorar: “Tiene esa forma de defenderse y te deja sin armas”.
Jorge Javier Vázquez se iba a solas a una sala VIP para hablar con Lydia Lozano. Intentaba no derrumbarse, pero la colaboradora no podía evitarlo y es que lleva un mes llena de nervios por ir a trabajar sin hablar a su compañera, a lo que se sumaba que no quería que nadie se diera cuenta de ello.
Para ella, ir a trabajar ha sido un horror, lo ha pasado muy mal y esa tensión le pasa factura ahora. “Yo he tomado una decisión pero es que estoy deshecha y no quiero llorar…”, decía la colaboradora y pedía permiso a su compañera para contar algo.
Lydia intentó llamar a Mila, pero no la localizó, pidió a un amigo que le avisar del momento en que podría hablar con ella, pero finalmente intercambiaron unos audios.
Minutos después se producía el reencuentro en plató y entonces veíamos a una Mila Ximénez más emocionada que nunca: “Tuve muy pocas armas porque pasé una semana muy jodida y sé que lo tienes en cuenta, no tengo fuerzas para tirar de nadie, además del confinamiento estoy enferma y no le di tanta importancia, pero no me gusta verte así porque verte mal me provoca mucha ansiedad”.
Además, cree que pasará la navidad sola y, aunque no quiere dar pena, sí que quiere explicar que intenta enfrentar su realidad con la mayor fuerza posible: “No quiero que estés mal, me dijiste empecemos de cero y yo te doy la mano y lo retomo”.