No hemos estado en Sri Lanka pero sí en ‘Sálvame’ y es que le programa ha querido celebrar una especie de ceremonia para dar la bienvenida a María que, aunque iba de negro y no de blanco, regresaba a plató como una flamante novia. A ritmo de ‘no dejes de soñar’ de Manuel Carrasco, María bajaba las escaleras, se emocionaba y se reencontraba con sus compañeros durante un largo aplauso.
Su chico le había pedido matrimonio, pero la fecha de la boda casi se improvisó. María solo tuvo claro que quería que fuera en la intimidad y, cuando supo que iba a tener dos semanas continuadas de vacaciones, lo decidió. Sin embargo, viajó a Maldivas y, ya allí, decidió que ese no era el lugar, por lo que se marcharon a Sri Lanka.
Y allí, nada más llegar, se puso a llorar porque no paraba de llover, sin embargo, se dejó llevar: "No preparé nada ni organicé nada, a las cinco y media me dijeron baja a la playa y cuando bajé, me pusieron la canción de 'No dejes de soñar' y comenzó todo". Era el día de su cumpleaños, el tiempo perfecto, las nubes se fueron y el atardecer hizo que todo se inundara de luz naranja: "Lo viví de una manera muy especial".
Ion Fiz, diseñador del vestido de María, ha intervenido en directo para contarnos cómo reaccionó cuando María le llamó: "Flipé con la prisa". Y es que, cierto día, él echaba la siesta cuando su teléfono sonó y era María que quería saber si era posible que le hiciera un vestido en una semana y le dio un presupuesto: 2.500 euros.
Fue posible, es más, Ion cuenta que es de las novias que más fácil se lo han puesto. Además, tiene truco: el vestido era corto y María quería una falda de tul así que Ion la creó para ella, eso sí, con una capa menos para que se le transparentaran las piernas.
El matrimonio aún no es legal. María sabe que tenía que hacer los trámites en España para registrar su matrimonio y, aunque llegó a solicitar la documentación, no pudo y prefirió pasar primero las vacaciones y luego hacer este trámite. Eso sí, deja claro que no quiere que esto se quede en algo simbólico.
En sus fotos en Instagram, María ha etiquetado tanto al hotel como al diseñador de su vestido pero esto no quiere decir que se lo hayan regalado: “He pagado todo lo que he hecho. Solamente me han invitado a una botella de champán”. Y es que María no quería regalos por algo muy claro: “Es la única manera de ser libre para gestionar mi vida personal”.