Primero ha sido su encuentro fortuito con Makoke en la obra de teatro de Rafael Amargo. Kiko asistía con su pareja, Marta López, y a la entrada un reportero le advertía que minutos antes había llegado Makoke: “¡No me jo***!”
A la salida, la pareja se mostraba feliz tras ver la obra, le restaba importancia a la coincidencia y Makoke respondía entre risas a las preguntas sobre Kiko y las polémicas que rodean a su separación, como el hecho de que no le haya devuelto sus muebles: “No merece la pena contestarle (…) Qué pesado, lo he vendido todo”.
Y había más, Javier Tudela nos ha dicho que él es el culpable de la desaparición de otra cosa de Kiko, en concreto unos carísimos zapatos que decidió tirar a la basura porque no le gustaban. Además, se reía de las críticas que recibe por su escasa trayectoria: “Kiko me podría haber enseñado algo, pero no recuerdo el qué”.
Desde el plató de ‘Sálvame’, Kiko Matamoros optaba primero por la tranquilidad, hasta aconsejaba a Javier en un buen tono que no entre a esta guerra que no le pertenece: "Me cuesta trabajo hablar de este chaval porque lo he tenido 20 años la lado".
Sin embargo, poco después perdía la paciencia. “¡Que me dejen en paz!”, decía y dirigiéndose a su exmujer, le acusaba: “Me has despojado de todo, me he quedado sin las inversiones en dos inmuebles, que ha sido mi trabajo, mi vida y mi dinero, lo he perdido y te lo has quedado tú”.
El colaborador parece resignado pero les lanza una advertencia: “Que me dejen porque un día voy a explotar y voy a echar por la boca lo que no está escrito”.
Así que terminaba diciéndoles que por su bien, mejor se queden “quitecitos y callados”: “Meteros la lengua donde os quepa”, les decía y es que no está dispuesto a soportar lo que considera provocaciones de su exmujer y de un “mocoso” con quien ha vivido 20 años.