Anita Matamoros se quita el apellido de su padre: la reacción de Kiko en 'Sálvame'
El colaborador de 'Sálvame' y su hija menor están inmersos en un conflicto que les tiene distanciados desde hace meses
Kiko Matamoros restaba importancia a la polémica del apellido pero reconocía: "No es agradable, es una especie de renuncia pública"
El colaborador de 'Sálvame' se muestra dispuesto a reconciliarse con su hija, pero cree que ella tiene que dar el primer paso
Anita Matamoros ha tomado una decisión: quitarse el apellido Matamoros. Ha desaparecido de su perfil de Instagram, también de su nombre de usuario y ha sido sustituido por una única ‘M’, como ya hicieran sus hermanos Diego y Laura en el pasado.
Toma esta decisión en pleno conflicto con su padre, de quien lleva distanciada meses. El conflicto estalló tras la su separación de Kiko Matamoros y Makoke y se produce justo después de unas polémicas declaraciones de su padre en el ‘Deluxe’: parece dispuesto a dejar sin patrimonio a Anita para que no se beneficien ni su madre ni su hermano, Javier Tudela.
MÁS
Kiko Matamoros: "No es agradable, es una especie de renuncia pública por parte de tu hija"
Pero ¿Cómo se ha tomado este gesto Kiko Matamoros? En primer lugar, el colaborador de ‘Sálvame’ ha dejado claro que ni está en guerra con ella ni la quiere: “No sé cuáles son las causas pero si fueran de tipo comercial pues me parece muy bien y si fueran de otro tipo también me parecería bien”.
“Una cosa es que no duela, siempre tienes la duda al no haber comunicación no sé por qué lo ha hecho”, insistía el colaborador, aunque reconocía: “No es agradable, es una especie de renuncia pública por parte de tu hija pero como deja la ‘M’ ahí tampoco sabes y tengo esa duda”.
Lo tiene muy fácil si quiere, que me pida perdón y si no, no pasa nada
“En cualquier caso, si lo hace por la causa que sea ¡Qué le voy a hacer!”, continuaba diciendo el colaborador, que cree que su hija vive ahora en la “órbita de su madre”. Además, tiene claro qué no va a hacer: “No voy a dar mi brazo a torcer por un problema de educación, de dignidad”.
Aunque no cierra la puerta: “Depende de ella, si en ella está sentarnos, intentar entendernos, pedir perdón y reconstruir la casa, estaré encantado pero si no está en ella no voy a arrastrarme ni que se arrastre a nadie conmigo. Lo tiene muy fácil si quiere, que me pida perdón y si no, no pasa nada”.