Ya nos lo habían advertido, alguien iba a darnos la llave del cajón que guarda un montón de secretos en forma de comprometidas informaciones… Y alguien de nuestro pasado ha llegado a plató como un fantasma y arrastrado los pies.
Pero, cuando se ha quitado la careta, los colaboradores han celebrado su vuelta: ¡Era Kiko Hernández! El colaborador ha decidido volver al trabajo tras su confinamiento y nos ha contado que ha pasado una época “muy chunga” que ya ha superado: “Nada de quejarse, porque somos afortunados”.
“Si no me pongo guantes no tendría manos, me salía sangre de tanto lavarme”, nos ha confesado el colaborador de ‘Sálvame’, que no podía ni ir a hacer la compra: “Iba y volvía sin nada porque no era capaz de bajarme del coche”.
“Sentía miedo, hormigas en la cara”, continuaba narrando el colaborador que no se veía capaz ni de tocar su coche. Temía sobre todo por sus hijas y, como a muchos, le ha costado conciliar el sueño: “Recuerdo hasta cuatro noches sin dormir, fui al médico y me desplomé, terrible”.
A tal punto llegó que tomó la decisión de volver a su vida normal. Salió a pasear a la montaña cerca de su casa, su móvil no funcionaba, tampoco el de su madre… recordó una noticia de la NASA sobre “platillos volantes” y se fue corriendo: “Pensaba que había una invasión extraterrestre, llamé a Alberto y le dije, me estoy volviendo loco, quiero volver ya”.