Ángela Dobrowolski tenía hasta el 5 de octubre para abandonar la casa que hasta ahora ha compartido con su todavía marido, Josep María Mainat. Tenía que hacerlo por orden judicial, pero aunque salió de la casa escondida con una peluca y gafas de sol, regresó minutos después.
Lo que no vimos fueron las entradas y salidas de su ‘amigo especial’, Gabriel. Se trata de un “escort” según nos ha contado su propia exnovia, Alina, que apareció en casa del productor de televisión entre gritos y golpeando la puerta para recuperar sus cosas.
Ángela se fue de la casa, pero regresó y unas horas después lo hizo Gabriel, que llegó en un coche. Volvió a salir y protagonizó un desencuentro con la prensa que seguía sus pasos: “¿Por qué me persiguen? ¿Qué quieren saber?”
Los reporteros le hacían preguntas sobre su relación con Ángela, sobre cómo se encuentra pero él respondía con otra pregunta: “¿A ti qué te importa?” Finalmente, Gabriel regresaba una vez más a la casa al cabo de unas horas y lo hacía en silencio.
“Déjalo pasar”, decía la prensa ante los gritos de los vecinos, que le llamaban okupa.