La entrevista de Kiko Rivera en el 'Deluxe' contra su madre sigue dando qué hablar y es que, además de dinero, le reclama no haber estado a su lado en el aspecto emocional. Gustavo González tuvo una relación muy estrecha con Kiko Rivera durante su adolescencia y su juventud. En aquella época, Kiko estaba interno en un colegio de Toledo y nos contaba que Kiko no recibió ninguna visita de su familia.
“Cuando Kiko estaba en el internado, quienes iban a verle éramos otro compañero y yo porque nadie iba, se olvidaban que estaba”, narraba el colaborador y añadía que incluso le necesitaba para poder salir los fines de semana: “Yo me hacía pasar por Agustín Pantoja porque él me lo pedía, se venía el fin de semana a mi casa o a la casa de algún compañero”.
Pero la situación de Kiko fue a peor tras salir del colegio. El paparazzi le vio en Fuengirola con gente que no le gustó nada, hasta se enfrentó a uno de ellos y Kiko se enfadó porque le decía que no era ni su padre ni su hermano.
Así que Gustavo dio un paso más, alertar a Isabel Pantoja de lo que le sucedía a su hijo. consiguió el teléfono a través de María del Monte porque sabía que Isabel en aquel momento le “detestaba”.
La cantante atendió la llamada del paparazzi, que le dijo que su hijo iba “con muy mala gente”, que estaba empezando a “consumir” y le dio el nombre de las sustancias: “Me dijo ‘gracias, sé que en el fondo eres buena persona porque te preocupas de mi hijo, haré lo que esté en mi mano”.
Y, dejando claro que él no culpa a Isabel Pantoja de lo que pudiera hacer su hijo, contaba que el siguiente movimiento fue en otra dirección: “Su madre le dijo que ya era hora de emanciparse y que hiciera su vida, es cuando se va a Sevilla con su abuela”.