Carmen Borrego, sobre el suicido de su padre: "Tardé mucho en perdonarle, la rabia nunca se va del todo"
Carmen Borrego habla como nunca de la muerte de su padre
"Terelu no necesito ayuda, yo sí", explica
"En mi casa nunca ha sido un tema tabú", cuenta
Carmen Borrego se ha abierto como nunca en 'Sálvame' y ha hablado sin pelos en la lengua de uno de los capítulos más oscuros de su vida: la muerte de su padre. El padre de la colaboradora se quito la vida con cuarenta y nueve años. "Mi madre ha hablado de este tema con absoluta naturalidad. ¿Cómo va a decir mi madre que no hablemos de nuestro padre? Estaría loca. Cuando ella escribió el libro de sus memorias y hablo de ello no me gustó, creí que era innecesario pero también entiendo que es parte de su vida", ha comenzaod contando la tertuliana.
"Yo tardé mucho en estar bien, en perdonar a mi padre y en entender a mi padre, mucho, mucho, mucho tiempo. Lo que pasa que nosotras, las tres en este caso, hicimos una piña y no nos dejábamos caer. En mi casa el tema de mi padre nunca fue tabú. Más tabú fue para la familia de mi padre que para nosotras. Terelu y yo somos muy distintas, gestionamos las cosas de manera muy diferente: ella no necesito ayuda, yo sí", explica.
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"Yo me quedé traumatizada, yo era una persona muy cercana a mi padre. Al igual que siempre digo de broma que Terelu es el ojito derecho de mi madre, siempre he dicho que el ojito derecho de mi padre era yo. Todavía hay momentos en mi vida en los que me pregunto por qué. Aprendes a vivir con ello y a entender muchas cosas", cuenta Carmen. "A mí me ha costado mucho en mi vida, porque mi padre se fue cunado yo tenía 17 años. Lo superas. Con el tiempo aprendes a vivir con ello, aprendes a comprender aunque la rabia no se te quita nunca".
"El dolor permanece ahí siempre"
Recientemente, Carmen también habló en 'Sálvame' de este triste episodio. "Se pasa por muchos sentimientos, primero te enfadas con la persona, yo no entendía cómo mi padre nos podía haber hecho eso a mi hermana y a mí. Tuve una época muy mala en la que no me podía quedar sola. Tardas mucho en perdonar esa decisión porque luego pasa el tiempo, por ejemplo en tu boda dices: 'Sino te hubieras ido…', cuando tienes hijos…", ha querido hacer entender la tertuliana.
"Al final lo aceptas y ves que una persona que hace eso es porque no está bien, al igual que hay personas que se mueren por una enfermedad, esto no deja de ser una enfermedad. Es un acto de mucha valentía hacia la muerte y de mucha cobardía hacia la vida. El dolor permanece ahí siempre", asegura Borrego.