Lydia Lozano confiesa que está muy dolida porque no le consideren buena compañera: ‘’No voy a llorar’’

El pasado lunes, el nombre de Lydia Lozano volvía a estar en la palestra y no por algo bueno, sus compañeros volvían a atacarla con algo que a ella le duele mucho, el tema de la silla en el plató de ‘Sálvame’ que tantos quebraderos de cabeza ha traído.

Según los colaboradores, Lydia Lozano es mala compañera y está obsesionada con tener una silla fija tanto en ‘Sálvame’ diario como en el ‘Deluxe’. Hace poco se le acusó de haberle quitado el sitio a Chelo y Gema López también confesó que tuvo que 'chupar banquillo' para dejarle su sitio a Lydia.

Ahora, Lydia planta cara y se defiende antes las acusaciones de sus compañeros: ‘’Y ahora qué hago, pensando durante catorce años que soy mala compañera’’.

‘’Yo he vivido durante cinco años en el Deluxe, en el que hasta las 9 de la noche no sabíamos en que posiciones estábamos. No sabíamos hasta la reunión en que sitio estábamos, ya me dirás tu cuando me daba tiempo a mi a llamar y protestar’’, se ha defendido Lydia.

Jorge Javier ha querido decirle algo a Lydia respecto al tema: ‘’Yo creo que a ti lo que más te duele de todo, es que digan que no eres buena compañera’’, Lydia ha sido muy tajante: ‘’Por supuesto, es que llevo 14 años’’. Acto seguido, la colaboradora se ha levantado y ha dicho: ‘’Me pongo a bailar porque no voy a llorar’’, y se ha puesto a bailar al ritmo de la música mientras recalcaba que no iba a llorar.

Además, ha explicado que ninguno de sus compañeros le han dicho nunca nada sobre el tema de la silla a la cara y ha explicado su teoría: ‘’Toda esta trama surrealista se la ha sacado de la manga Kiko Matamoros’’.

Kiko Hernández no ha querido perder la oportunidad y le ha preguntado a su compañera: ‘’Si la mayoría de los compañeros llegan a la misma conclusión, ¿tú no podrías hacer algo de autocrítica?

Esta pregunta no le ha sentado nada bien a la colaboradora y ha respondido de manera muy tajante: ‘’Claro que puedo hacer autocrítica, pero cómo puedo dar la razón a alguien o alguno de mis compañeros, cuando en la vida ni ha llamado mi representante, ni he llamado yo. Me he comido el banquillo más grande que ha habido en todos los programas en catorce años’’.