Nacho Gay, periodista, ha hecho una investigación de los dos años que Iñaki Urdangarín pasó en prisión, una estancia que estaba plagada de privilegios y que el periodista ha destapado en su libro.
“La cárcel de Brieva hizo una inversión para modificar la calefacción y algo más, pero fue un año antes de la entrada de Iñaki Urdangarín. El modulo de transito en el que estaba tuvo una reforma días antes”, ha explicado Nacho Gay ante la pregunta de Terelu Campos sobre si se hizo una inversión ante la llegada de Urdangarín a esta cárcel. “Se acondicionó la cárcel para poder albergarle ahí”, añade.
El periodista ha explicado si vivía realmente en una celda: “No era exactamente una celda, las salas comunes de esa modulo, las utilizaba para él solo, las personalizó y formaban parte de su espacio, no era una celda como tal". Y relata algunos de los privilegios que tenía: "Un espacio más grande de lo normal, utilizaba cien metros de patio y cien metros de casa construida". Aunque recuerda que "vivió en soledad durante tres años y medio, eso le llevó a una depresión psicológica muy grande”.
“Él solo salía del edificio donde estaba para ir al polideportivo, pero las bicicletas que tenían eran para mujeres, terminó pidiendo una que pagó él mismo y se la colocaron en su propia celda, como no podía salir del módulo y no podía relacionarse con las presas, prefirieron ponerla ahí”, cuenta.
Nacho asegura que no tuvo ningún vis s vis con la infanta Cristina: “Recibía de tu a tu a sus visitas, en más de los dos años y medio no solicitaron ni un solo vis a vis”. Y relata cuál fue el mayor disgusto que se llevó en la cárcel: “Que las visitas de la infanta fueron decreciendo, un día que uno de sus hijos, Irene, le plantó por hacer planes con sus amigos”.