Dice Romina Malaspina que hay un Alex Ghita diferente cada día, algo que no le gusta a ella y a nadie. Lejos de tener alguna emoción descubrir qué Alex toca hoy lo que comporta es el desconcierto de quienes le rodean. Esto afecta a todos, aunque especialmente a aquellos que han sido sus compañeros de viaje, porque hasta hace poco estaba claramente posicionado del lado de los conocidos. Ahora no está nada claro, lo cual suena a traición y mal entendida estrategia.
Ahora Alex se hace el ofendido porque supuestamente la ha molestado algo de su grupo, aunque no dice lo que es ni qué personas están implicadas. Ellos piensan que los ha escuchado haciendo planes de nominaciones sin contar con él y, lo que es más importante, planeando nominarlo. Están convencidos de que escucha mientras se hace el dormido. A Marieta también le ha pasado, por eso tomó la decisión de no decir nada mientras duerme, o simula hacerlo. Alex tiene en contra a todos. Diría que él se lo ha buscado.
Anoche tuvieron fiesta de Bollywood y cada uno tuvo que elegir su “vaca sagrada”, el concursante con el que sienten mayor afinidad. Alex Ghita eligió a Óscar Landa, ganador del premio vaca sagrada (tuvo que ir con disfraz de vaca, el peso de ser el más popular entre sus compañeros). Si esta hubiera sido la fiesta del pasado miércoles estoy seguro de que Maica Benedicto habría sido la vaca sagrada de Alex Ghita. Unas horas antes había confesado a Romina sus cuatro favoritos para llegar a la final: Marieta, Óscar, Maica y Miguel. Que metiera a Marieta, a la que en otros tiempos llamaba “Tamagochi”, es tan desconcertante como que al mismo tiempo meta también a Miguel. A nadie se le escapa que no pueden llegar los dos a la final.
La sorprendente elección de Marieta forma parte de una estrategia común en ella y Alex Ghita. Ambos han acercado posturas, lo cual justifica aquella diciendo que están en una convivencia y otras monsergas. No, lo que sucede es mucho más simple, Marieta intenta llevar el agua a su molino. Si se ganan a Alex forman una mayoría suficiente para machacar a sus rivales en las nominaciones de esta noche. Este, por su parte, podría volver a esquivar los votos como lo hizo hace siete días. Ni un solo familiar nominó al preparador físico, que terminó la noche con cero votos en su contra. Acercándose al otro grupo sugiriendo estar ofendido con el suyo puede estar evitando los votos de los famosos. Aunque lo inevitable sea que reciba votos de los conocidos.
Miguel Frigenti se ha encargado de dar la consigna a su grupo por si mañana no vuelve de la sala de expulsión. El primer mensaje es que el otro equipo va a ir esta noche a por Romina, y el segundo que deben darle todos sus tres votos a Alex. Miguel piensa que el escenario ideal de cara a la final es que llegasen a los votos en positivo Óscar Landa y Maica Benedicto frente a Marieta, Sergio Aguilera y José María Almoguera. “Es triste, pero os conviene que salga yo esta jueves”, apuntaba Frigenti. El gran experto se equivoca en esta ocasión y lo hace contra sus propios intereses.
Me he hartado de explicar que llegados a la fase final y el voto en positivo para ganar el concurso ya no hay concentración de voto que valga. El que tenga en mente hacer ganador a Óscar Landa votará por él independientemente de quiénes son el resto de los finalistas. Lo mismo pasa con el resto de los concursantes si llegan a la final. Ni siquiera los indecisos, aquellos que no tengan decidido a quién desearían ver llevándose el maletín, cambiarían su decisión (ni la condicionarían) porque lleguen a esa recta final unos u otros. Explicado de manera algo más teórica, el concurso es grupal hasta que llega ese momento. Entonces se individualiza y cada uno se convierte en su particular jefe de campaña.
A pesar de su error de concepto respecto a la fase final del concurso (algo bastante extendido), hace bien Miguel Frigenti en pedir a los suyos el voto para un Alex Ghita que va como pollo sin cabeza desde que regresó a la casa. Maica ha pasado de ser su ganadora a una favorita más para llegar a la final. Desde que le dio calabazas ha intentado cortejar a Romina Malaspina y ha hecho las paces con Marieta. Alex no tiene principios y cambia de actitud con la misma facilidad que un camaleón en una tienda de pinturas. También es cierto que no han hecho ningún esfuerzo por evitar ofenderlo en su orgullo. En la gala del martes, sin ir más lejos, Miguel expresaba su satisfacción por haber llegado hasta este momento del concurso con su amiga Maica y su amigo Óscar. De inmediato se dio cuenta y añadió que también con su amiga Romina. ¿Dijo algo de Alex? ¿Acaso soy yo que no lo escuché? No, no es cosa mía. De Alex no dijo ni palabra.
Esta madrugada tuvo Romina Malaspina un enganchón con Alex Ghita. Le dijo: “Andá p'allá, bobo”. Su argentinidad le lleva a parafrasear a Lionel Messi. Antes de eso, Miguel y Romina coincidían en calificar a Alex de traidor. “Es un cobarde y un veleta. Se quiere colar en la final a toda costa, utilizando a Maica y traicionándome a mí”, decía Romina. Por cierto, me complace que Miguel diga que como espectador votaría para hacer ganadora a la argentina, a la que llama “mi villana favorita”. Mientras se producía esta conversación Alex estaba desahogando sus penas con el otro grupo. Dice que está harto de que Miguel le pida perdón y luego le ridiculice. “Me han dolido las formas en las que hablaban de mí”, decía.
Mientras Alex hablaba mal de los conocidos con los famosos, a José María Almoguera solo le interesaba que no volviera a hablar de si se tira pedos o eructa. El martes lo negaba y luego reconocía que es cierto, aunque solamente lo hace cuando está con los de su grupo. Pobrecitos, ¿qué culpa tendrán ellos? Todos lo hacemos, aunque no puedo decir lo mismo de escupir en los platos. Cuando lo dijo el hijo de Borrego interpreté que se trataba de una broma. Empiezo a ponerlo en duda después de escucharle contar a Marieta que había lamido su trozo de pan por si alguien lo coge. A Maica le debió dar una arcada, y no solo a ella.
Me hace gracia que José María Almoguera y compañía estén tan orgullosos de haber empezado a jugar. “Tardo en aprender, pero cuando lo hago no hay quién me pare”, decía en la gala del martes. Lo curioso es que hayan empezado de la forma que lo han hecho. Tenían bien cerca el ejemplo de Miguel Frigenti, cuyas estrategias se centran en la manera de plantear las nominaciones o cómo manejar la información entre sus compañeros, afines y rivales en este caso. Sin embargo, ellos han optado por empezar a jugar intentando malmeter entre sus rivales para que desconfíen y se enfrenten entre ellos. Digamos que han pasado por encima de lo obvio, evitando hacer estrategia en las nominaciones, para ir al modo de jugador pro y entrar en un juego psicológico tan cuestionable como ese. Ellos dirían que es un juego lícito. Lícito, sí. Y consuetudinario.
La incoherencia de Sergio Aguilera se puede ejemplificar en el contraste de sentimientos entre lo visto y lo escuchado de su boca sobre el buen rollo entre algunos de sus rivales. Por un lado le vemos cómo se alegra al creer que habían logrado separar a Óscar Landa de Miguel Frigenti haciendo que este desconfiase de su amigo. Y por otro dice en la gala que estaba triste pensando que ya no se llevaban bien. Tampoco entiendo que entren a valorar si en el otro equipo van a mantener la amistad una vez estén fuera de la casa. ¿Qué les importa lo que vayan a hacer luego? En cualquier caso, me gustaría ver si tiene más relación Miguel con Maica o José María con Sergio. Digo más, este ya se siente discriminado por sus dos compañeros y cree que pasan de él y le dan la espalda algunas veces. Si esto es estando encerrados en una casa con solo siete habitantes no quiero pensar lo que pasará entre ellos fuera.
El vídeo de hoy hace el número 33 de esta edición (qué rápido ha pasado esto) y en el mismo revelo cuáles son los concursantes cuyo triunfo me haría feliz. Además, hago mis últimas nominaciones de la edición y de la temporada.