Jeimy Báez quiere limitar la entrada a la 'suite'
Jeimy Báez quiere limitar la entrada a la 'suite' porque le tiene una tremenda tirria a los concursantes que estuvieron en la edición anterior
Miguel Frigenti y compañía impidieron que Dani Santos hiciera la compra semanal, lo que generó tensiones debido a las preferencias alimenticias de los concursantes
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No solo se consolidan los dos grupos en los que se divide la casa, también han comenzado los recelos y malos rollos entre ambos lados. Ayer discutieron por la compra semanal y el uso de la suite. Según Dani Santos, también en lo relativo a la alimentación hay dos bandos, el “team feat” (los que quieren comer sano) y el “team fat” (todos los demás). A pesar de su esbelta figura, Dani está entre estos últimos, por eso intentaba hacer la compra esta semana y tener por fin snacks, dulce y ese líquido marrón burbujeante tan preciado por los “fat” en la casa.
La suite es lo otro que ha producido un encontronazo. Jeimy Báez quiere limitar la entrada a esa estancia porque la ganaron ella y José María Almoguera. En principio, debería ser para uso de ellos, aunque hasta ahora no han tenido problema los inmunes en compartirla con todos sus compañeros. A Jeimy le molesta que entren todos a la vez a la suite y dejen allí sus cosas, lo cual le obliga a recoger. Sospecho que no todos le molestan por igual, por eso hablaba de que a partir de ahora entren a invitación suya. De su compañero de dúo ni se acuerda, más o menos lo mismo que les pasa a los espectadores.
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Golpe de mano en la compra semanal
Miguel Frigenti y compañía daban un golpe de mano tan pequeño como inesperado para impedir que hiciera la compra a Dani Santos. Fueron Miguel Frigenti y Óscar Landa, siendo sustituido este último por Maica Benedicto tras un reinicio inesperado del ordenador portátil que usan para esto. Aunque Dani tenía intención de consultar con todos sus caprichos personales y hacer una compra equilibrada, no parecía muy dispuesto a incluir la avena de Romina Malaspina y Alex Ghita. A estos dos concursantes les une algo más que la avena como un complemento imprescindible de su alimentación. A saber: ambos tienen dudas sobre si ocupar la quinta plaza en el club de los cinco del que hablé ayer y diría que el preparador físico tiene cierta debilidad por la argentina.
Empiezo por el final porque parece que hubiera soltado una bomba y tampoco es eso. Me aventuro a interpretar unas débiles señales que emite Alex Ghita y también unas indescifrables palabras suyas de ayer. El enfado de Óscar porque dijera Alex que nadie le arropa en esa casa lo solucionaron hablando por la tarde y con unas disculpas aceptadas. En realidad, Alex reconoció que se había equivocado porque Óscar sí le arropa en muchas ocasiones. Pero horas antes de esto decía otra cosa que me dejó intrigado y me hizo pensar. Decía Alex que a él solo le arropa una persona en la casa. O sea, aparte de la manta tiene algo más de abrigo.
Cuando le preguntaron a Alex Ghita por la identidad de esa persona que por la que se siente arropado evitaba entrar en detalles. En la casa ha surgido ya el chisme sobre si a Alex le puede gustar Maica. Comentaban anoche Marieta y María Sánchez que estuvo hablando de cómo sería la mujer perfecta para él y parecía estar describiendo a Maica Benedicto. Sin embargo, a este gato poco amigo de las carpetas le ha parecido que tuviera cierto interés por la argentina. Tímidas preguntas de Alex sobre los motivos reales por los que le ha nominado Romina me pusieron en alerta. También me lo parece por cómo se dirige a ella con cierta timidez en algunas ocasiones.
Una plaza vacante en el club de los cinco
Interpreté que Romina Malaspina se quería despegar del club de los cinco dejando su plaza vacante. El caso es que pasó buena parte del día con el grupo dominante y se encargó de afirmar explícitamente que ella no pertenece a ningún grupo. “Yo soy libre”, aseguró. Si fuera una maniobra estratégica igual se ha adelantado un poco porque todavía quedan días para el jueves. No descarto que haya puesto algo de distancia con el grupo al ver que Alex Ghita describía el camino contrario. Lo cierto es que este concursante pasó casi todo el día con ellos y decidió sincerarse en lo que interpreto como una especie de despedida.
Dice Alex Ghita que, definitivamente, desea ser el próximo expulsado. Entiendo que ha estado dudando, pero ya lo tiene claro. Lo expresaba así: “Esto me ha superado, es más difícil de lo que pensaba. Soy una persona muy estricta en mi vida, llevo una vida cuadriculada, de abuelo. No quiero estar aquí y, lo digo con sinceridad, prefiero salir expulsado. No valgo para estar aquí y no me lo merezco. Se lo merece más una persona que sí quiera estar”. Aunque afirme que fuera tiene su vida y no se encuentra a gusto ahí dentro, me pareció ver algo de tristeza en sus palabras.
No dudo que Alex Ghita echará de menos la convivencia con algunos de sus compañeros si sale el jueves. Tampoco que todos ellos están en ese club de los cinco, que igual pasará a tener cuatro miembros al final de esta semana. Tampoco ha de extrañar si tenemos en cuenta que en Madrid hay un conjunto arquitectónico que se llama ‘Las cuatro torres’ y está formado (¡oh, sorpresa!) por cinco torres. Somos unos monstruos de la física desde que el régimen anterior inventaba en movimiento inmóvil. Volviendo a lo que nos ocupa, a Miguel le daba pena “y no quiero que me dé pena”, se lamentaba. Al final de la charla todos se levantaron y le dieron un abrazo. Me pareció que no estaban fingiendo.
Tirria por los concursantes de la edición anterior
Los intentos de controlar el flujo de compañeros en la suite tienen, como decía antes, un objetivo claro y concreto que es convertir ese espacio selecto en un gueto para uso exclusivo de los afines. Jeimy Báez comparte pocas cosas con su compañero de dúo, José Antonio Almoguera, pero una de ellas es la tirria que le tienen a todo lo que pueda oler al Gran Hermano anterior. No son los únicos, porque también Manuel Cortés y sus compañeros de trío tienen en su objetivo a los concursantes de esa última edición que acababa tan solo dos semanas antes que comenzara la presente. Solo quedarían María Sánchez y Dani Santos porque ambos son la indefinición hecha concursante.
María prefiere no complicarse la vida y apenas se implica. Es imposible saber lo que opina y solo podemos sacar conclusiones por las personas que la rodean en todo momento. No he visto a la jerezana mantener una conversación medianamente larga con ninguno del club de los cinco. Aunque bien mirado, tampoco con el otro grupo. Dan ganas de decirle: “Habla, mudita”, como la película de Manuel Gutiérrez Aragón. En realidad, hablar habla, pero siempre que se trate de cosas intrascendentes. Lo de Dani es otra cosa y se puede interpretar que su indefinición viene de que ha estrechado ciertos lazos con compañeros del otro grupo, como Miguel Frigenti. Él se escuda en que no le gustan las discusiones, pero eso no cuela para quienes le hemos visto en otros realities anteriores, principalmente en GH VIP.
Es bastante inexplicable la grieta abierta entre el grupo dominante y los exconcursantes de la anterior edición. Ahí todos tienen un pasado y una trayectoria, siendo mucho más breve la de Maica, Óscar y Javier que la de la mayoría del otro grupo. Marieta ha participado en varios realities, bien es cierto que tras ‘La isla de las tentaciones’ no ha tenido mucho éxito en ninguno. Y Manuel Cortés no solo tiene una experiencia anterior, sino que lleva la torta de tiempo intentando despuntar en el mundo de la música. O sea, no rehúye la popularidad en absoluto. Puestos a estar cansados de ver los mismos rostros repetidos en distintos programas son más candidatos estos dos que los anteriormente mencionados.
Un homenaje a San Sebastián
Óscar Landa fue responsable y promotor de una especie de homenaje al santo del día de la fecha. Ayer se celebraba San Sebastián, fiesta mayor en la ciudad del mismo nombre. “En Donosti es tan importante o más que la semana grande”, decía Óscar poco después de despertar. Desde entonces estuvo pensando en hacer la primera “tamborrada” en la casa de Guadalix de la Sierra. Provistos de dos cucharas y utilizando pufs, banquetas y hasta la propia mesa de comedor, acompañaban los cánticos de Óscar. La celebración le pareció muy emocionante a Romina Malaspina, lo cual dice mucho al ser visto a través de los ojos de una persona de otro país, por más que se trate de nuestra querida patria argentina.
No sé cómo lo hace, pero al final Óscar Landa termina siendo el pegamento que une a unos y otros en esa casa. Admiro esa capacidad suya. También que en esta edición esté logrando mantenerse leal a un grupo de afines con los que coincide en muchas cosas. Además, en ese grupo está Maica Benedicto, a la que está dando un lugar después de todo lo pasado. Igual de admirable que haya pasado por alto las rencillas con Miguel Frigenti y ahora esté a partir peras con él. Este Óscar sí que me gusta.
Moleskine del gato
En el vídeo de hoy vuelvo sobre la eventual expulsión de Alex Ghita o Manuel Cortés y las consecuencias que podría tener cada uno de esos casos.