La audiencia declara inocente a Jorge y lo expulsa

La noche de los juicios fue, en realidad, noche de contradicciones. Una demostración palmaria de que la audiencia vive un conflicto interior, o directamente padece cierto tipo de esquizofrenia (virtual, por supuesto). Y es que la misma audiencia que declaraba a Jorge inocente en el juicio le expulsaba apenas unos minutos más tarde. Ha sido el primer finalista en salir de la casa. Eso sí, lo hizo con la tranquilidad de un veredicto favorable. Su actitud sumisa con los azules tuvo la consecuencia anoche de que a su salida dijeran “pobre Jorge” y pasaran a otra cosa, mariposa. Me da la sensación de que a nadie le importó una higa que se fuera. Si acaso a Violeta, y creo que no tanto como hizo ver.

Los juicios fueron presididos, como otros años, por Pedro Chamorro, que impartió justicia con la rectitud acostumbrada. Hubo cuatro sentencias de culpabilidad y tres de inocencia, una de ellas tras el empate técnico en los votos que resolvió el juez aplicando el principio de “in dubio pro reo” (en caso de duda no puede haber condena). Óscar se libraba así del castigo por parte de la audiencia, al igual que hicieron Ruvens y, como ya he dicho, Jorge. Visto el caso de Jorge no puede usarse el sentido de la sentencia como indicativo de quienes están a la cabeza de los votos positivos para ganar. Si lo hiciéramos serían Óscar y Ruvens los primeros, pero está visto que una cosa no guarda relación con la otra.

Jorge fue el eterno aspirante

Jorge se tomó su expulsión mejor de lo que me esperaba, tal vez por la alegría anterior de ser exonerado de todos los cargos. No era posible votar por separado cada acusación. En caso de haberse podido no veo factible que se librase de la condena por ser cuñado. Lo he visto siempre como un cuñado de manual. Lo peor es que él no lo sabe, como decía ayer en su daguerrotipo. Me hubiera gustado ver a Lucía en su juicio. En realidad, en el de todos, porque de las “fresis” ha resultado ser la de verbo más ágil. Maica no tuvo su noche, posiblemente por no encontrarse suficientemente motivada para cumplir con el papel encomendado. Algo parecido vi en Daniela, aunque está supo construir frases con subordinadas y con cierta fluidez verbal. No se puede decir lo mismo de Maica.

Lucía habría sabido recordar su bronca discusión con Jorge en la casa espía tras una serie de comentarios poco afortunados donde el cuñado pasaba a tener peor categoría. Lo compensó Vanessa, que también se las tuvo tiesas con él y, al igual que Lucía, es de verbo ágil. Con todo, no creo que Jorge haya sido expulsado por cuñado y sus equivocadas insinuaciones a algunas de las chicas no son tan mal consideradas por algunos, lamentablemente.

La salida de Jorge es consecuencia, según mi análisis, de haber sido un eterno aspirante a formar parte de la camarilla que quiso dominar ese submundo que es Gran Hermano y lo consiguió al fin. Jorge fue viendo como no era admitido, aunque tampoco rechazado, por lo que hubo de limitarse a ser el eterno aspirante, evitando cualquier enfrentamiento con ellos, por si acaso algún día podía acceder a ese paraíso de viejos dinosaurios. O sea, quedó para templar gaitas, como buen gallego que es. Al final, los viejos dinosaurios que se rieron de él sin que se notase lo han eliminado el primero tras finalizar la recolecta de la fresa.

Violeta fue quien peor lo pasó en los juicios

Casi todos se tomaron el juicio como lo que es, un espectáculo donde ha de primar el sentido del humor. No fue el caso de las dos chicas, ya que Nerea se encontró el desagradable panorama de madre y suegra enfrentadas. La audiencia lo tuvo con ella más claro que en ningún otro caso y su veredicto de culpabilidad fue por el 83 % d los votos. Peor se lo tomó Violeta, para quien decir que todas las demás chicas son feas, pero salen mejor que ella en televisión son bromas entre ella y Edi. “Si ven ese vídeo, sí que entiendo que me puedan llamar soberbia”, afirmaba Violeta. Así de demoledor habría visto el vídeo para decir tal cosa. Que a veces se le ha ido la cabeza por completo lo vimos cuando llama “chonaca” a Maica. Ella, choni de catálogo, llamando “chonaca” a la más elegante de la edición.

Las lágrimas de Violeta no eran por el veredicto en contra por el 63 % de los votos, sino porque sus compañeros han logrado que se crea ganadora. Edi le pregunta a qué le va a invitar con los 300.000 euros y Ruvens no para de repetir que es la más votada, probablemente junto a Juan. De ir acompasados los votos para proclamar un ganador y los del veredicto de culpabilidad, ni Violeta ni Juan estarían en la pugna por el premio. Aunque se me vislumbra que uno de ellos sí lo estará, y no es Violeta. No digo más. El juicio de Juan fue el más divertido de la noche. Marta Peñate pillo bien el tono de humor, incluso su madre utilizaba la ironía al decir que los primeros días las cámaras tenían un problema por el cual no enfocaban a Juan. No todo el mundo entiende la ironía, por lo que es un arma de doble filo porque anoche muchos se burlaban de lo que era un guiño dirigido a Belén Ro en particular.

Fue un puntazo que Juan terminase mostrando ante el juez su baile de animador de hotel o grupo acompañante de estrella de la canción en los años de Valerio Lazarov. Su madre es una de las mejores defensoras de esta edición, aunque se echó de menos que ejerciera el derecho a la defensa el representante de cierta cadena sueca de muebles que tienes que montar tú mismo. Fue Óscar el más mueble en ese juicio porque no abrió la boca. “Vistas todas las partes damos por finalizada la vista”, decía el juez. Hombre, todas, todas, no. Óscar fue un convidado de piedra, testigo mudo del juicio a su enemigo.

El voto de castigo que todavía no se entiende

No sé si me resulta más gracioso que Juan pueda tener opción a ganar o que Óscar, su bestia negra en el concurso, esté ahora revolviéndose al pensar que puede tener más votos que él. Había previsto una recta final poco atractiva por el personal que ha llegado hasta ahí, pero lo cierto es que me lo estoy pasando de muerte. Si soy sincero, estoy disfrutando de ese punto disruptivo y un tanto gamberro que tiene el movimiento “juanista”. Me contento con que esté entre los cuatro finalistas que quedarán en la casa después de la doble expulsión de mañana. ¡Se les va a quedar cara de pasta de boniato!

Que Juan no merezca semejante honor lo equipara a casi todos los finalistas. ¿O acaso ha sido más determinante en el juego Violeta? Muchos están recordando ahora que Juan también le dio un punto a Maica en las últimas nominaciones. Se preguntan algunos: ¿Por qué se tienen en cuenta los votos de unos y no los de otros? La diferencia entre Juan y el resto es que nunca se apuntó al aquelarre en sesión continua al que llevaban sometiendo a Maica durante semanas. Puede que Juan tuviera menos confianza y haya hablado menos en estos 97 días que llevan de encierro. Pero no la denigró como mujer y concursante. El domingo decía Óscar que la ve más nariz ahora, comentario que jamás habría hecho Juan. No debería extrañar que una parte de la audiencia (ya veremos si más o menos mayoritaria) prime las buenas formas al protagonismo.

Moleskine del gato

Los porcentajes ciegos estaban así anoche, antes de ser expulsado Jorge: 32 %, 26 %, 17 %, 12 %, 5 %, 5 % y 3 %. Esto quiere decir que otros dos compañeros de Jorge se disputaron la expulsión con él por poco. Y, a su vez, tienen todas las papeletas para dejar la casa mañana jueves. Porque en la próxima gala tendremos doble expulsión. Quedarán, por tanto, cinco concursantes. Imagino que el siguiente martes saldrá otro de los finalistas y a la final llegarán tan solo tres.

En el vídeo de hoy vuelvo a recuperar la sección ‘El gato contesta’ para responder a un comentario repetido estos últimos días sobre mi equivocación en esta edición por haber estado del lado perdedor. ¡Como si fuera la primera vez!