Óscar se viene arriba teniendo a Ruvens cerca. Esta es la conclusión a la que llegaban ayer desde Lucía hasta Elsa. Esta última se lo dijo al propio Ruvens, que no quería estar implicado en un conflicto entre Óscar y Maica. De igual modo que él no estaba culpando a estas dos concursantes cuando hacía una polémica reflexión sobre el ambiente obsequioso y adulador que vive la casa. Dice Ruvens que entre todos le están poniendo la alfombra roja a Maica, lo cual molestó particularmente a Juan y Adrián. Cuando le invitaron a dar nombres solo habló de “las niñas” (por Violeta y Nerea). Debió tener un lapsus con Laura y Manu, que están siendo los más pelotas con las “fresis”.
En medio de la discusión sobre cobistas y carantoñeros quiso mediar Óscar para quejarse de que sus amigas Maica y Daniela le hubieran llamado “mentiroso”. Maica apareció en ese momento por la cocina y Óscar se abalanzaba sobre ella señalando con el dedo tras dar un puñetazo en la barra. Sus propios compañeros le pidieron que no perdiera los papeles. Adrián, Juan, Ruvens o Violeta censuraron su salida de pata de banco. Edi tan solo sonreía, le faltó frotarse las manos antes de cambiar de lado el palillo de su boca. Elsa decía luego que le había dejado mal cuerpo la reacción de Óscar. Allá cada cual con sus sensaciones, pero tampoco es necesario exagerar. La arrancada fue excesiva, pero dejaba a todos sorprendidos más por ser poco habitual en Óscar que por otra cosa.
Más que el comentario de Ruvens me extrañó que a Óscar le pudiera ofender tanto que le pusieran de mentiroso. Él que ha quitado hierro a haber puesto de hijas de las cuatro letras a Vanessa y Daniela la misma noche de su expulsión, cuando tenía una relación extraordinariamente buena con ellas. Parece que él pudiera decir cualquier barbaridad porque es hiperactivo, pero que los demás se piensen dos veces decirle que miente. El Óscar empático y comprensivo se convierte en cerrado e intolerante cuando las ofensas van para él.
Lo de la alfombra roja para Maica y Daniela me parece excesivo. Ya he dicho que he visto hacerles la pelota a Laura y Manu principalmente. Con Violeta y Nerea nunca se han llevado mal y lo de Juan me parece fruto de la imaginación de Ruvens porque siempre le he visto pacífico y conciliador con todos, igual que ahora. Adrián afirmaba: “Yo he sido igual desde el minuto uno”. A lo que Ruvens respondía: “Es que tú eres el único que has sido igual de pelota desde el principio”. Inexplicablemente, Adrián calló, igual que había hecho un rato antes cuando Óscar le preguntó: “¿Tú qué eres, su perro guardián?”.
La venganza de Adrián fue ir a contarle a Maica las críticas y burlas que habían estado haciéndole Ruvens y Óscar. “Ella es la mejor, la más guapa, la perfecta, la más limpia, más lista y más de todo; mientras los demás no valen para nada”, decía Óscar. Adrián ya había respondido en el momento, pidiendo que se cortasen un poco porque no era normal hablar así de sus compañeras. Entonces dijo Óscar por primera vez lo del perro guardián, que repitió un poco después en el cuarto de baño mientras le señalaba con el dedo.
Fue Adrián quien con más contundencia censuró la reacción de Óscar con Daniela en la cocina. “No te he reconocido. Estás perdiendo las formas y lo estás perdiendo todo. Te estás equivocando de camino y lo llevas haciendo desde hace tiempo”, dijo el boxeador a su compañero. En contraste, Ruvens solo le había dicho que se bajara un poco. Seguro que viendo a Adrián pensó que estaba confirmando su teoría de que todos le hacen la pelota a las “fresis”. Aunque, en realidad, no sé bien si lo piensa de verdad. Lo que está haciendo Ruvens es intentar poner a toda la casa contra Maica. Creo que está convencido de que no va a ser repescado y quiere que ese sea su legado. Dejar un ambiente contrario al rosa reinando en la casa.
Retomo algo que decía antes. El mismo Ruvens se equivoca si piensa que acusando a sus compañeros de estar siendo pelotas con Maica y Daniela está criticando a estas. Pero ellas no tendrían la culpa si esto fuera así. No son responsables de lo que quiera hacer la Laura resucitada. La crítica, en este caso, sería para todos los demás. Y ahí es donde se equivoca Ruvens. No en dar su opinión, sino en generalizar evitando dar nombres. Decir “todos” es casi siempre cobarde e injusto. Tampoco están diciendo nada malo sobre Ruvens aquellas compañeras convencidas de que Óscar está crecido por su presencia. La observación afecta solamente a este último, porque tampoco Ruvens tiene culpa de las reacciones de su compañero.
Elsa no está muy de acuerdo con que Ruvens no sea responsable de los cambios de Óscar estando él delante o no. El mismo candidato a la repesca le preguntaba a otra de las candidatas: “¿Le has dicho a Óscar que crees que se crece cuando yo estoy delante?”. Y Elsa respondía: “Es evidente. Sabes cómo es y esa actitud solo la tiene cuando está contigo. Se respalda en ti. El bocinazo que le ha metido a Maica me ha puesto el cuerpo del revés, me he empezado hasta a encontrar mal, y si tu no hubieras estado allí no lo habría hecho. No sé qué rollo lleváis los dos. Bueno, si lo sé, pero ten cuidado porque Óscar no sabe contenerse y pierde la cabeza”.
La advertencia de Elsa llevaba implícito el concepto de la culpa compartida. De alguna manera, convierte a Ruvens en corresponsable de lo que haga Óscar. Este rechaza la idea de tener nada que ver con las actitudes del prójimo, pero tal vez haría bien en atender a su compañera, más que en el propio beneficio en el de su amigo. Supongo que aceptar el argumento de Elsa supondría contradecir a Óscar cuando le dice a Adrián que no es guardián de nadie. Esto es tan viejo como ese capítulo de la biblia llamado Génesis, donde se cuenta la respuesta de Caín a Dios en forma de pregunta: “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”. A lo que Dios respondió, contundente: “Sí, lo eres”. Somos responsables por la forma en que nuestra conducta afecta a las vidas de nuestros seres queridos.
Antes de su expulsión vi siempre como Ruvens manejaba a los azules como sus peones. Sin embargo, ahora me parece que él mismo es un peón al servicio de otro u otros, y quien más se puede beneficiar es Edi. Como dije antes, Ruvens piensa que no se queda, por lo que serán otros los beneficiados de sus actos. Es evidente que uno sería Óscar, aunque su carácter diletante le dificulta aprovecharse del legado de su amigo. Sin embargo, Edi mira desde la distancia, interviene más bien poco en público, y como también decía antes, solamente sonríe. Luego en privado suelta todo su tósigo. Si Ruvens logra convencer a sus compañeros de que el objetivo a batir es Maica no se va a beneficiar de eso Luis. Es evidente que Edi tiene más posibilidades de medirse a la “princesa”.
Tampoco perdería de vista a Juan, el concursante de las siete vidas, como poco. Pasado el tiempo parece comprobado que la vida extra era, en realidad, una vida eterna. Porque Juan no sale ni con agua caliente. Tiene más personalidad que algunos de sus compañeros de piso. Además, su carácter templado se agradece en días agitados como el de ayer. El problema es que seguir sus discusiones se hace muy cuesta arriba. Transmite tristeza y agota por puro aburrimiento. Manu tampoco es mucho más alegre y, al igual que pasa con Ruvens, creo que teme su salida hoy. Eso sí, por lo menos está planeando su matrimonio con Laura. Es un pequeño Jorge Berrocal en categoría de aprendiz. Ya quisiera Manu.
Los porcentajes para la expulsión después de las tres salvaciones, estaban así anoche: 59 % y 41 %. Parece una diferencia suficiente para que haya ya un nominado condenado a la expulsión y apuesto que se trata de Manu, el concursante antes conocido como Vulcan.
En cuanto a los porcentajes ciegos para la repesca una vez reducidos los candidatos a la terna entre Lucía, Elsa y Ruvens, estaban así: 55 %, 32 % y 13 %.
En el vídeo de hoy manejo las dos opciones para la expulsión de hoy. Además, hoy este gato nomina.