Maica y Daniela, en pie de guerra contra Óscar

Maica y Daniela le han retirado la palabra a Óscar, aunque teniendo en cuenta los antecedentes es muy probable que se reconcilien más pronto que tarde. Con todo, en cada una de esas idas y venidas se van quedando jirones de confianza, lo cual termina socavando la relación irremediablemente, especialmente entre Maica y Óscar. La enésima deslealtad pesa más que las anteriores no por ser más grave, simplemente por acumulación. La duda es si llegará el momento que la cuerda termine rompiéndose tras haber sido tensionada tantas veces.

Ruvens no es tan buen amigo de Óscar como puede parecer. Ha pasado suficiente tiempo fuera para darse cuenta de que le han perdonado más veces de las que sería razonable. Un auténtico amigo le hubiera advertido que la cuerda está a punto de romper, bajándole al plano de la realidad para que sea consciente de su error. No quiere esto decir que toda la culpa sea de Óscar, pero si alguien debería hablar con Maica no le corresponde hacerlo a Ruvens. Óscar no se ha quitado de la cabeza la idea de que Ruvens es su novio. El domingo veíamos un vídeo en el ‘confe’ donde decía: “Siempre he tenido novios tranquilos y Ruvens tranquilo no es”. No es tranquilo, y tampoco su novio.

En definitiva, Ruvens no se está portando bien con Óscar. Ha vuelto a la casa tras una fugaz estancia fuera, pero por poca información que maneje ya es más de lo que tiene Óscar. Ruvens se ha enterado de que su amigo le veía como futuro marido, pero no le ha contado que él no tiene intención alguna de ir a su casa y conocer a su madre. Sin embargo, planea un viaje con Edi, también hacer cosas por Albacete con Mayte y Laura. Si se lo contara no cambiaría nada, salvo que algunos dejaríamos de estar tan convencidos de que está utilizando a su amigo en su propio beneficio.

Cuando Óscar dijo en la sala de confesiones que Ruvens había intentado separarle de Maica su preocupación no fue saber por qué pensaba eso, o si realmente podía haber algo de verdad en la convicción de su amigo. Lo que le preocupó a Ruvens fue que eso se viera fuera porque le iba a dejar mal de cara a la audiencia. Bajo la apariencia de comportarse guiado por sus impulsos hay un Ruvens que mide cada cosa que hace para no destruir su propia imagen como concursante. Anoche dejaba hablar a Edi sobre Laura, apenas asintiendo, para no entrar en un tema peliagudo donde puede quedar mal. A él no le gusta dejar pelos en la gatera y quiere tener siempre todo atado y bien atado.

Laura ha vuelto a la casa muy cambiada

He tenido la misma sensación con Laura, muy cambiada a su vuelta y con toda la pinta de tener las cosas muy medidas. Le traiciona la contradicción manifiesta entre lo que dice a unos y a otros. Es como si llevara un guion determinado para cada persona en la casa, y resulta que no casan entre sí. Por ejemplo, a Violeta le dice que ella se acordaba antes de salir de la casa de todo lo que ha hecho y dicho. Sin embargo, un rato antes había contado a Vulcan que le había pedido perdón a Maica y Daniela porque al salir ha visto imágenes en las que no se reconoce.

Ayer Laura siguió pidiendo perdón, en este caso a Vanessa (a quien ha estado viendo en plató esta última semana). Detrás de Laura fue Vulcan a decirle: “Yo también te pido perdón”. Parece el “miniyo” de Laura. Lo más gracioso es que Ruvens le dijo: “Yo ya te pedí perdón fuera”. Luego le dijeron a Vanessa que se podía sentar en el sofá del salón con ellos. Como si fueran los dueños de la casa. Otra vez. Vanessa contó este episodio de los perdones varias veces durante el resto del día. La conclusión de Daniela fue rotunda: “Es súper falso”. “Falsedad máxima”, sentenció Vanessa.

Lucía se conforma con haber levantado la moral a las chicas

Dice Lucía que querría quedarse repescada, pero da por bueno su regreso a la casa por haber podido levantar la moral a las chicas. Se refiere principalmente a Violeta, que se pasó el día de ayer agradeciéndole que hubiera insuflado su moral. Sin embargo, cuando por la noche Laura se acercaba a Violeta en el cuarto de baño para preguntarle si ella le había hecho algo desde su vuelta no supo bien qué responder. Acertó tímidamente a repetir lo que le dijo en la terma del jacuzzi el viernes pasado, que ellas y nosotros recordamos sin que lo tuviera que repetir.

Violeta se hace pequeña cuando habla con Laura y olvida todo aquello que dice no estando ella delante. Digo siempre que no hace falta decir todo a la cara. Es más, si eso hiciéramos viviríamos en un mundo irrespirable de recelos y rencores. Siempre pongo el ejemplo de que mi kioskera me parece eficiente en su trabajo, pero bastante gilipollas. ¿Acaso cree alguien en su sano juicio que debería decírselo a la cara? Plantarse delante de ella y mientras me da el dominical decirle: “Me parece que eres una tonta integral”. Es la diferencia entre calificar a alguien e insultarle. Nadie hace eso, obviamente.

Una cosa es decir a personas de nuestra confianza las peores cosas que pensamos de otros sin tener que decírselo a estos a la cara. Otra arrugarse y no decir lo que tenemos ganas cuando hay ocasión de hacerlo. Esto pasa con Violeta y no vale decir que es por su carácter, que ella rehúye los conflictos. No puedes ser concursante de Gran Hermano si evitas el conflicto. Este reality está compuesto básicamente por los mismos elementos de la tragicomedia griega: amor, humor y conflicto. Meter la cabeza bajo tierra, como hace el avestruz, no está permitido.

Hablaba Violeta con Nerea y se lamentaba de no haber sabido las cosas cuando habló con Laura. Luego quedó claro que saberlo no le ha valido de nada. Sí coincido con ellas en que no se explican que Maica y Daniela, dos concursantes bastante espabiladas, no sospecharan lo mismo que ellas al ver el acercamiento de Laura. Pienso que la vieron como una nueva aliada y al haber quedado diezmado su grupo pensaron que tampoco les venía tan mal, sin valorar las motivaciones de la resucitada. Por cierto, a Laura se le escapó ayer, hablando con Vulcan, que los comentarios peores de Violeta fueron sobre su físico, porque lo demás fueron dos o tres cosas sin gran importancia.

La charla entre Laura y Violeta en el baño vino justo después del momento más convulso del día, cuando Lucía explotaba tras una nueva sesión de entrevistas en la radio de Gran Hermano, en este caso a candidatos a la repesca en lugar de a nominados. Se lo advertía la Rolek a Daniela y Vanessa por la tarde: “Sería injusto que las entrevistas las volviera a hacer Ruvens”. Esto provocó el gran rifirrafe de anoche, aunque duró poco porque cada uno se fue a otro sitio de la casa, quedando en el salón aquellos que solo intervienen si la cosa va con ellos.

Posicionamientos para la repesca

No pude ayer comentar los posicionamientos para la repesca que vimos en el Debate. Me imagino que hoy harán los posicionamientos para la expulsión, a los que tantas ganas tenía Ruvens el domingo. Las “fresis” se dividieron entre Lucía y Vanessa, de manera que detrás de Lucía se ponían Maica y Violeta; mientras que detrás de Vanessa solo se ponía Daniela. Elsa tuvo a Juan, Adrián y Nerea de su lado. El argumento de Adrián es que Ruvens ha vivido más el concurso, pero las chicas se fueron muy pronto, por lo que merecen más una segunda oportunidad. Bueno, no es tanto así porque Elsa estuvo casi un mes y Lucía casi dos. No es tan poco.

Si decidiese la casa sería repescado Ruvens, con quien estuvieron Óscar, Laura, Luis, Edi, Vulcan y Jorge. Luis y Jorge nunca fueron del grupo azul, pero aspiran a no ser despreciados por ellos. Es como cuando se forma un equipo de fútbol en el barrio y hay dos niños más pequeños cuya máxima aspiración es no ser elegidos los últimos por los que manejan el cotarro. Y, claro está, siempre son elegidos por descarte. Lo mismo por lo que llevan nominando a Luis desde el principio y ahí sigue, deseando ser un peón más de Ruvens. Me pinchan y no sangro.

Moleskine del gato

Otro día tenemos doble ración de porcentajes ciegos. Primero los de la expulsión: 40 %, 27 %, 15 %, 10 % y 8 %. Esta noche habrá salvación múltiple, no sé si de dos o tres nominados. La diferencia entre los dos más votados es menor que otras veces, pero imagino que tras las salvaciones crecerá más el porcentaje mayor, o al menos en igual medida que el segundo.

Porcentajes ciegos para la repesca: 54 %, 30 %, 13 % y 3 %. Aquí también tenemos la duda de si se queda uno o será dos los repescados. A pesar de lo extraño que es ver la mesa de comedor tan llena a solo un mes de la final, se me vislumbra que repescan a dos. En concreto a Lucía y Ruvens, para así dar una de cal y otra de arena.

El vídeo de hoy es la segunda parte de la parte contratante del de ayer. Vuelvo a hablar de las críticas más repetidas a este humilde opinador.