Tremenda revolución en la casa más famosa de España. Si Laura se pensaba que podía entrar mintiendo sobre lo que ha visto estando fuera para justificar sus bandazos y manipular a ciertos compañeros estaba equivocada. Bien podría haber pensado que tras ella entrarían los candidatos a la repesca y alguno podría desmentir lo que ella ha contado. Me decepciona Laura, con tanta información y tan poca previsión. También me decepcionan Maica y Daniela, especialmente esta última, que se han tragado sin tomar antes un antiácido el acercamiento por sorpresa de Laura.
Lucía, Vanessa, Elsa y Ruvens permanecerán en la casa al menos hasta el martes. Imagino que en la gala de ese día saldrán los dos menos votados para la repesca y el jueves sabremos el elegido por la audiencia para ser repescado y continuar en la casa. Lo de menos es esa definitiva decisión porque previamente serán muchos concursantes puestos al día sin necesidad de pasar por el cine de Gran Hermano y ver una selección de imágenes. Sin dar ninguna información del exterior, solo con un leve gesto, se puede decir mucho.
Un ejemplo de lo que digo lo tuvimos anoche, cuando Lucía saluda a Violeta acariciando su rostro mientras le decía estas significativas palabras: “Estate tranquila”. Con eso Violeta debió saber que Laura no tuvo el viernes la razón en el cara a cara que protagonizaron tras una dura jornada de trabajo, apretando tuercas en la prueba que les han dado por superada a pesar de los muchos errores cometidos por todos. En realidad, en el cara a cara de Violeta y Nerea con Laura salió triunfante esta última. Muy torpe habría tenido que ser para no ganar la partida.
Laura utilizó el truco de decir “no puedo contar nada” para mentir o modificar la realidad a su antojo y así callar la boca de una desconcertada Violeta. La violeta encendida y decidida a decirle a Laura cuatro cosas que vimos la noche anterior se convirtió en un corderito dudando de sí misma cuando escuchaba eso de “has dicho cosas muy fuertes sobre mí”. Cierto que le dejó algunas cosas claras, pero sin la firmeza y la personalidad que se podía esperar después de lo visto. Laura fue muy inteligente omitiendo los detalles. En teoría lo hacía porque no puede contar nada, pero así evitaba tener que inventar tanto.
Ahora bien, solo diciendo “has dicho cosas muy fuertes sobre mí” ya estaba Laura contando lo suficiente. En teoría no deben contar nada de nada, pero eso es una utopía desde que anoche se abrió la veda y comenzó a fraguarse la gran venganza. El Liam Nesson del que tanto hablé el viernes pasado queda como un tierno corderito al lado de lo que son capaces de montar Vanessa y Lucía. Los secretos han caído y hasta Daniela sugería que la salvación de Óscar había dependido de ella. Ya imaginan que el poder del Superbigbro es suyo y cada semana podrá salvar a alguien.
Volveré al episodio del Superbigbro porque merece la pena ser comentado, pero volviendo a lo de Laura, ya saben Maica y Daniela que su acercamiento a ellas se debe a lo que ha visto fuera. Objetivamente, los pasos dados por Laura son irreprochables. Ha vuelto a la casa bienhumorada e intentando mostrar una cara más amable. Se está haciendo la dura con Vulcan sin valorar que podría ser expulsado este mismo jueves. Ha intentado callar a Nerea y Violeta, consiguiéndolo en buena medida, al contar que han dicho cosas gravísimas sin ser cierto. Y, por último, Maica y Daniela, que no se han quedado atrás opinando de ella, parecen ahora sus hermanas.
Como digo, es impecable el guion con el que ha entrado Laura y solo el paso de los días podía malograrlo porque no le es fácil dejar de ser egoísta o no poner más caras de desagrado. Finalmente, su enemigo no ha sido el paso del tiempo sino la repesca. No había pasado ni media hora desde la finalización del Debate y ya estaban convencidas de la falsedad de una Laura que no ha sido capaz de medir que su paso triunfal de vuelta por la casa iba a ser más corto que un chiste en una reunión de suegras. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, nunca mejor dicho.
Dudo que ninguno de sus amigos tenga la valentía suficiente para decirle a Laura que no le está haciendo bien a Vulcan (el concursante más conocido como Manu, pero para lo que queda de edición no le voy a empezar a llamar ahora de otra forma). Si quienes formaban el grupo de los azules tuvieran auténticos amigos en la casa no dudaría alguno de los repescados en decir la verdad tanto a Laura como a Vulcan. Entiendo perfectamente que ella tenga dudas reales respecto a los sentimientos de una persona a la que sigue amando. También creo que su desconfianza es sincera. Pero es imposible que Laura no se esté dando cuenta de la rendición total de Vulcan y la posición de dominio que ella tiene ahora mismo en la pareja.
Tampoco le dirá nadie a Vulcan que habría ganado muchos más puntos ante la audiencia reconociendo que no ha estado siendo claro con Laura preocupado por la reacción popular si le daba calabazas con claridad meridiana, sincerándose ahora con Laura. Si le llega a decir “no me gustas, lo he intentado, pero no puedo contradecir mis sentimientos”, y se disculpa desde el corazón por no haber sido sincero con ella, estoy seguro de que habría blindado su permanencia en la casa posiblemente hasta el final. Con el giro radical que le presenta como perdidamente enamorado de Laura y dispuesto a ir hasta el final, incluso en el terreno sexual, es posible que esté firmando su sentencia de muerte virtual. O sea, garantizando su expulsión este jueves.
Lo que clasifica a los concursantes no es que hayan decidido pertenecer a un grupo u otro, sino que puedan presumir de tener amigos de verdad. Después de su, aparentemente sincero, propósito de seguir el concurso solo e independiente de grupos, Edi recoge cable y se convierte en otro adulador de Laura, por no llamarlo perrito faldero. Si se queda Ruvens, cosa que dudo seriamente, la nueva unidad de los azules que ahora se va a producir habrá sido un espejismo. El grupo estaba desintegrado, siguiendo el concurso cada uno por su lado. Hasta Óscar parecía otra vez más cerca de las “fresis”. Anoche se vio de nuevo que eso también es un espejismo.
En realidad, el espejismo lo estarán viendo quienes no están convencidos de que Óscar es profundamente desleal. Lo he dicho tantas veces que hasta me aburro yo mismo. Lástima que no lo haya tenido tan claro Maica, que anoche zanjaba una breve discusión con Óscar diciendo “me duele tu deslealtad”. Por suerte, ahora tiene quien le confirme su idea. Ya lo hicieron anoche Lucía y Vanessa, que pueden hacer una importante contribución a que Violeta y Nerea no se equivoquen, o a que Maica y Daniela abran los ojos definitivamente y no vuelvan a dejarse encandilar por Óscar. Tampoco lo tienen fácil porque este tipo es un auténtico mago, espectacular maestro de la seducción. Es a la vez un charlatán y un tahúr del Misisipi capaz de venderle una radio a un sordo.
El motivo por el que el Debate de anoche terminó con la casa muy revuelta no fue que entrasen cuatro candidatos a ser repescados, sino el acertado engaño del programa sobre el Bigbro. Hicieron creer que esa elección recaía esta semana en los tres últimos jefes de la prueba. Ellos debían elegir al empleado o empleada del mes y Óscar proponía para ello, con la aquiescencia de todos, a Maica por haber trabajo más que nadie desenroscando y roscando tuercas. Pero ante el comentario de Adrián sobre que Vulcan también lo merece Óscar proponía una votación primero y al final tomaban entre ellos esa decisión a pesar de que ya había comunicado la elección a Maica, con celebración de esta incluida.
De la votación salió Vulcan, a quien sorprendían en el ‘confe’ con un póster de empleado de la semana. Y un sobre donde había una tarjeta con el nombre del salvado que había metido Daniela un rato antes sin contar nada a sus compañeros. Sin que supieran de dónde venía la elección, el propio Vulcan abría el sobre que guardaba el nombre de Óscar. Sabía que Daniela no iba a tardar en arrepentirse de su elección. Mejor hubiera hecho salvando a Nerea, de quien parecían dudar más estos días. Daniela no podía revelar el poder que tenía su objeto del viernes. La teoría oficial contada por Ion Aramendi es que los objetos de Maica y Daniela no tenían poder ninguno.
Daniela se arrepentía de salvar a Óscar después de ver una deslealtad más, y se miden por decenas, que afecta Maica. Ambas se negaban a hablar con él, que hacía ímprobos esfuerzos por disculparse… una vez más. Daniela lee muy el concurso, pero creo que se deja llevar por sus deseos de encontrar personas sinceras incapaces de traicionar su lealtad hacia ella o su amiga Maica. Lo peor es que no acepta que un error suyo es el exceso de confianza. Tampoco me gustó que Daniela se equiparase al grueso del equipo azul que hace semanas sugerían con extrañeza que Luis es demasiado poco agraciado físicamente para haber estado con mujeres tan bellas como Violeta o Nerea. Ahora Daniela cae en la misma superficialidad de juzgar a las personas por su físico. Además de ser tan faltón que si me lo cuentan no me creo que lo haya dicho ella. Con lo finústica que es.
Tenemos porcentajes ciegos por duplicado. Vemos primero a los que afectan a la expulsión de esta semana: 37 %, 25 %, 16 %, 10 %, 8 % y 4 %. No sabemos cuál de esos porcentajes tenía anoche Óscar antes de ser salvado.
Y estos son los porcentajes de la votación para la repesca: 53 %, 27 %, 14 %, 3 %, 2 % y 1 %. Media hora antes el porcentaje más bajo estaba a cero patatero. Tras subir a la casa los cuatro más votados ya sabemos que Mayte y Silvia sumaban un 3 %. Lo de Silvia se explica porque los pro Rolek concentraron en voto en Lucía, a pesar de que hermana nunca estuvo de acuerdo en que lo hicieran. Ahora bien, que Mayte tuviera entre un 1 y un 2 % me parece la mayor humillación. Ni cuando Jorge Javier Vázquez le cantó las cuarenta nada más entrar a plató lo debió pasar tan mal como anoche con la inapelable decisión de la soberana.
En el vídeo de hoy hago un off topic para hablar de los comentarios negativos que recibo en redes sociales.