Lo que queda de los azules daba por supuesto la semana pasada que se marcharía Daniela y fue expulsada Laura. Esta semana han fallado de nuevo sus predicciones porque estaban seguros de que el jueves habría un duelo entre Ruvens y, otra vez, Daniela. Pero anoche se salvó primero Juan, que tiene más vidas que un gato, y luego Daniela, por lo que el duelo será realmente entre Adrián y Ruvens. Si lo podemos considerar una mala noticia para Ruvens es porque durante la misma gala afirmó con esa rotundidad suya de presunta eminencia en lo relativo a este reality, que la cosa estaba entre él y Daniela. Los alegatos de las expulsadas le confirmó la teoría. Teoría equivocada, como de costumbre.
En realidad, no es tan mala noticia para Ruvens porque es más fácil ser superado en votos por Adrián que por una Daniela que ha demostrado ser mucho más fuerte de lo que pensaron nunca sus rivales y enemigos en la casa. No vi la curva de su vida (no he visto ninguna y ya he contado porqué), pero me gustó que la pusieran justo antes de salvarse y en el tramo final del programa. Así no habrá los típicos recelos de conspiranoicos trasnochados que acusasen de intentar influir en los votos con ese vídeo de Daniela.
Aplaudo a Daniela por querer ver la curva de su vida solamente con Maica al lado. Visto que nadie se levantó cuando vimos la de Vanessa y dado que no tiene buena relación con la mayoría, me hubiera parecido un poco hipócrita que quisiera compartir esos fragmentos de su vida con los demás. De nuevo Daniela dando una lección y demostrando tener más personalidad, especialmente cuando en los alegatos le habían insistido que se abriera más a otras personas en la casa. Ruvens felicitó a Elsa, Mayte y Laura por su elegancia en los alegatos contra uno de los nominados. Las tres eligieron a Daniela, pero luego hicieron más un alegato a favor que en contra. No sé si una vez visto que se salvaba de la expulsión con dos días de antelación seguiría felicitando Ruvens a sus amigas o les haría en parte responsables de lo sucedido.
Los alegatos de Silvia, Lucía y Vanessa en contra de Ruvens sí que cumplieron con lo que se esperaba de ellos, aunque no tuvieron argumentos ni siquiera para llenar los 45 segundos de que disponían. En general, tanto estas concursantes expulsadas como las del otro lado estuvieron poco originales, repitiendo argumentos conocidos y de poca o ninguna utilidad. Solo vi algo de intención en Silvia cuando especificaba que Ruvens se ha acercado por interés a Daniela, entre otros compañeros. Le faltó decir que esa misma tarde había repetido esa misma pauta de comportamiento con Maica.
Me alegro de que el mejor alegato en contra fuera de Silvia y no de su melliza Lucía porque me parece injusto que se intente concentrar el voto para la repesca en esta última. Silvia también estuvo en el concurso y parece tener las cosas más claras que su hermana. Al menos cumple los mínimos en capacidad de expresión, cosa que no se puede decir de Lucía. Mucho menos de esa Vanessa que, una vez más, nos intenta tomar por tontos simulando estar enfadada con Javier (se han dejado de seguir en redes, ¡wow! ¡menudo notición!) para justificar que no tenga inconveniente en separarse de su “bastón” (o sea, su marido) para entrar en la repesca.
Ya he comentado en ocasiones anteriores que de acuerdo con la forma de nominar se adivina cierto machismo en la casa. La propia configuración de los grupos muestra una lucha de sexos a la que también me he referido hace tiempo. Todos los componentes del equipo azul son chicos, menos Laura. Y el rosa es de chicas casi en exclusiva, aunque durante algunos periodos han tenido a Óscar, el mayor veleta que ha conocido esa casa. La audiencia no se queda atrás: hasta este jueves solo han sido expulsadas mujeres. Anoche percibí ese machismo como algo asfixiante. No entiendo cómo en la casa no se dieron cuenta de la mala imagen que estaban proyectando al exterior.
La prueba semanal se basa en una empresa de tuercas. Los concursantes se tenían que poner de acuerdo para elegir a los tres jefes responsables de la empresa y al dar cada uno tres nombres salían tres jefes hombres. Más grave aun me pareció que esos tres excluyeran como personal de la empresa a Violeta y Nerea, dos mujeres, y eligieran solo a hombres para los tres puestos siguientes en el escalafón de la empresa. Los tres lumbreras que hacían tan reveladora elección eran Ruvens, Juan y Óscar, siendo este último quien daba los nombres en las dos elecciones que les plantearon. Ruvens dijo que estaba completamente de acuerdo en elegir como sus manos derechas a Manu, Adrián y Edi. Sin embargo, luego decía que él iba a elegir a Maica. Puro postureo el de Ruvens, propio del mismísimo ‘capitán a posteriori’.
Tuvo que señalar Jorge Javier Vázquez ese machismo asfixiante que se aprecia en la casa para que intentasen corregir el error, pero ya era tarde. Ninguno de los tres jefes de la prueba se dieron cuenta de que esa empresa ficticia será tristemente un reflejo de tantas empresas españolas, donde los jefes son todos hombres y las mujeres son tan solo peones que hacen los trabajos menos cualificados. Me preocupa más cambiar esto en el mundo real, pero el de este reality también lo es, además de tener una difusión afortunadamente importante, aunque en casos como este mejor sería que nadie lo viera.
Lo de Óscar no solo revela un machismo sistémico, también la deslealtad de la que tanto he hablado. Votó por tres chicos para los puestos de jefe, olvidándose de su querida Maica, también de Daniela y el resto de las mujeres. Luego fue el cabecilla cuando tuvieron que tomar decisiones. Óscar es de naturaleza desleal, lo cual parece menos importante en el momento que se convierte en algo comprobado. Él es así, y así se muestra. También tiene cosas buenas que compensan una deslealtad de la que ni siquiera creo que sea consciente. Le pierde el sentimiento lúdico de la vida. Su despreocupación le convierte en un concursante kamikaze, y casi nada me parece más interesante que eso.
Por esto que digo no pretendo destacar algo negativo en Óscar cuando lo califico de desleal, simplemente describo lo que veo. Y viendo el vaso medio lleno pienso que es una suerte dar con personas así (también con concursantes). Es decir, gente que piensa poco antes de hacer las cosas y todavía menos antes de decirlas. Imposible afirmar de Óscar que no está siendo él mismo. Otra cosa que algunos de sus comportamientos despiertan rechazo en mí. Por ejemplo, lo machistas que anoche demostraron ser al menos tres de los chicos, mientras los demás se limitaban a disculparlos. Por cierto, el remate fue que de madrugada se vistieran de mujeres. Describe lo que es patético. Pues ahí lo tienes.
Las largas noches de charla entre Ruvens y Óscar
Ahora que Ruvens está nominado se empeñan algunos en destacar cosas positivas de este concursante (imagino que porque de Adrián no hay mucho que destacar) y la principal es que pasa la noche en vela hablando con los de su grupo, entre los que Óscar tiene más resistencia y terminan ellos dos solos. Es cierto que muchas noches me acuesto mis dos o tres escasas horas estando ellos de charleta y cuando me levanto para rematar el artículo del día ahí siguen. Muchos se quedaron con esta frase que tanto hemos repetido: Gran Hermano se gana de noche; y la utilizan para defender a Ruvens. Pero a esa sentencia inapelable le falta una segunda parte que siempre me pareció obvia: también se puede perder de noche.
Siento que mi opinión moleste a algunos estimados lectores, pero a mí esas charlas entre Ruvens y Óscar me aburren soberanamente. Salvo contadas excepciones, no me hacen gracia y tienden a trasmitirme la nada recomendable sensación de que son dos creídos prepotentes que se creen más listos que la mayoría. Ruvens también mostró esa pretendida superioridad anoche respondiendo los alegatos en su contra. “¿Cómo se llama esa?”, preguntaba tras el discurso de Silvia. Se define por sí mismo. ¿Dan vida a la casa de madrugada? Cierto, pero eso no me parece suficiente.
Lo mismo me pasó con la conversación pendiente entre Ruvens y Maica que tuvieron finalmente ayer por la tarde. Maica quedó contenta, supongo que por aburrimiento. Ruvens siempre hace lo mismo, en las distancias cortas recoge cable y en lugar de mantener su postura se convierte en un santo varón y casi el mayor fan de su oponente. También es experto en el poco noble recurso de darle la vuelta a la tortilla. Eso sí, reconozco en él cierta habilidad para convencer a su interlocutor, haciendo incluso que terminen con la sensación de que los cuestionados eran ellos, mientras que Ruvens ha sido generoso perdonando sus pecados. Es un tahúr del Misisipi.
Antes de las dos expulsiones de la noche estaban así los porcentajes ciegos: 48 %, 24 %, 18 % y 10 %. Una vez salvado Juan y antes de salvarse Daniela habían cambiado hasta estar así: 50 %, 29 % y 21 %.
En el vídeo de hoy interpreto estos porcentajes y analizo la situación que se vive en la casa y lo que nos espera en la gala de mañana.