Hablaba ayer en el Moleskine de la escasa responsabilidad afectiva de Ruvens, una reflexión que bien podría hacer extensiva a Adrián. Más allá de la preocupación que muestran ambos por no quedar mal ante la audiencia, algo que si no es compartido por todos los concursantes tal vez debería serlo, tanto Ruvens como Adrián tienen problemas para ser respetuosos con las emociones de los demás. Comparten esto, pero no tanto la dificultad para expresar sus propias necesidades y emociones.
Si nos fijamos bien, los dos concursantes de los que hablo son radicalmente diferentes en lo que afecta sus propias emociones. Ruvens evita compartirlas y se burla si alguien se muestra vulnerable mostrando las suyas o pidiendo aquello que necesita en este ámbito. Sin embargo, Adrián reclama atención a sus necesidades, que adoptan categoría de exigencia, priorizando sus emociones sobre las del otro. Tanto es así que puede llegar a parecer que desprecia las emociones de los demás, cuando no intenta reinterpretarlas a su antojo en aras a su propio interés.
Prueba de lo que digo sobre Adrián es que en sus largas conversaciones con Maica siempre se mostró interesado en ser escuchado, mucho más que en escuchar de manera activa a su interlocutora. Con la falta de escucha se quita importancia a lo que dice el otro, no dando crédito a la expresión de las emociones ajenas. Adrián se ha quedado con frecuencia en la espuma, sin llegar a entender lo que Maica le estaba diciendo. Ayer mismo hablaba esta con Daniela de uno de los reproches de Adrián cuando se posicionó en su contra el domingo. Y se trata de un hecho que me sirve como ejemplo. Venía del comentario de Adrián sobre las veces que Maica le había exigido cosas por las que había llegado a pensar que no estaba descartado que pudieran tener una relación amorosa.
El ejemplo que ponía Maica es de una vez que ella explicaba a Adrián que no le gustaban los chicos que se comportaban de manera afectiva con chicas que acaban de conocer. Él pensó que le estaba reprochando esa actitud con otras chicas, algo que se puede hacer, si acaso, en caso de tener una relación afectiva. Pero Maica lo que le estaba explicando es porqué había llegado a la conclusión de que no son compatibles y no podrían llegar nunca a ser nada más que amigos. Sabido o intuido que Adrián se muestra demasiado cariñoso con chicas que acaba de conocer, Maica descartaba liarse con él porque no le gusta ese tipo de persona.
Esto del ejemplo puede ser aplicado a prácticamente todos los reproches de Adrián. Maica no le ha exigido cosas sin derecho a hacerlo en la situación de ambos. Simplemente ha explicado las razones que le habían llevado a concluir que no era posible una relación afectiva entre ellos. No comparto la interpretación que hacen algunos de que Maica se estaba aprovechando de los sentimientos ajenos para disfrutar de una cierta servidumbre por parte de Adrián. Más bien pienso que Maica se equivocó dando demasiadas explicaciones. Pero tampoco habría sido sincera si desde el principio le dice “no me gustas”.
Por otra parte, hay ciertas exigencias que no son tales. Se trata más bien de una expectativa frustrada, que a menudo hace enfadar tanto o más con uno mismo que con el otro. Además, esa expectativa no recae solamente sobre personas con las que tenemos una relación amorosa, ni siquiera cierta perspectiva de poder tenerla. También nos frustran muchas veces las expectativas no cumplidas puestas en personas que son sencillamente nuestros amigos. Digo sencillamente, cuando en realidad debería decir que son nada más y nada menos que nuestros amigos. Un estatus mucho más importante muchas veces que el de alguien por quien tenemos otro tipo de sentimientos.
Un caso de expectativa frustrada fue cuando Maica se enfadó porque Óscar no intervino en una discusión entre ella y Ruvens. Y, peor aún, no fue a interesarse por cómo estaba tras el encontronazo en el plazo que ella consideraba oportuno. Se equivocaba en parte porque cada uno tiene sus tiempos, como ya he dicho. Probablemente a Óscar le parecía estar acudiendo en el momento oportuno. Tampoco es buena cosa pretender que un amigo te defienda cuando discutes con una persona que también es su amigo. Esto hizo creer que le estaba poniendo entre la espada y la pared en una especie de “yo o tu otro amigo”. El problema en estos casos es poner demasiado altas las expectativas. Maica se equivocaba en esperar algo de lealtad en Óscar, un tipo profundamente desleal. Pienso que le quita importancia al hecho en sí que esté tan claro y sea tan evidente que lo es. Solo hay que tenerlo en cuenta y no pretender nunca que vaya a ser leal.
Adrián se ha mostrado incapaz de resolver con éxito su responsabilidad afectiva. Ha fallado en la gestión emocional, la empatía y el respeto por los límites. Esto último me parece particularmente importante porque durante semanas no supo entender y aceptar que Maica debe tener su propio espacio, y también sus tiempos. Todo el mundo lo tiene y debemos de respetarlo. Siendo puntilloso hasta me parecía ofensivo que la obligase a mantener las conversaciones entre ambos en la lavandería. El espacio lo han de consensuar ambos. Maica no ha demandado un tiempo excesivo o poco razonable y se ha plegado casi siempre a las exigencias espaciales de él.
De Vulcan podemos decir que su necesidad de conocer mejor a Laura pintaba a excusa para demorar el momento de tomar una decisión o mostrarle a ella una realidad incómoda. Sin embargo, Maica tardó un tiempo razonable en estar convencida de que su respuesta era un no rotundo, que nunca le escondió a Adrián. Lo que este no ha sabido entender es que Maica no le estaba reclamando nada cuando le explicaba razones para el no. Era una gentileza hacia él, no una exigencia de cara al futuro. Y luego está el tema de que todos cometemos errores. Maica no debería haber dicho ”si había alguna posibilidad de que tuviéramos algo con esto tengo claro que no”. Estaba enfadada y lo formuló de un modo humillante que introduce una indeseable duda.
Si nos pusiéramos de acuerdo para votar por aquellos concursantes que se han teñido el pelo o lo han cortado al cero en estos últimos días tendríamos auténticos problemas para ponernos de acuerdo porque están en esas circunstancias Luis (creo que ha sido el último), Juan, Vulcan, Jorge y Ruvens. Creo que solamente se salvan Edi, Adrián y Óscar. Como razón para apostar por un expulsado es bastante endeble, pero la audiencia es soberana y se pone el moño dónde le da la gana, como decía Jesús Vázquez (o Jordi González, estoy en duda). Además, no sorprendería, porque desde hace un tiempo las estrategias no son solo cosa de los concursantes, también de la audiencia votante. Por eso se equivoca quien apela a que esta semana debería ser expulsado Adrián por sus actitudes poco defendibles, o a que habiendo nominados muebles como Juan no se debería votar para expulsar a Ruvens.
Se trata del mismo error que cometen aquellos familiares o defensores de concursantes (lamentablemente abundan las madres) defendiendo que su representado no ha sido expulsado, lo cual sería muestra del gran apoyo que tiene. Pero todos sabemos a estas alturas que algunos concursantes no son expulsados porque no despiertan ningún sentimiento en la audiencia, ni positivo ni negativo. En otras ocasiones, se salvan concursantes a los que tenemos muchas ganas, pero hay alguna razón por la que es recomendable expulsar antes a otro.
La razón de la audiencia no es siempre la misma, pero tampoco se diferencian tanto. Resumiendo, serían estas dos: urge más ver fuera a otro concursante, o se considera que estratégicamente es recomendable votar a otro nominado para cambiar el equilibrio de fuerzas y alianzas en la casa. Por cosas como estas sucede que aunque Maica se posicione contra Adrián, sus seguidores votan por Ruvens. Por otra parte, a poco más de un mes para la final ya no vale lo de proteger el entretenimiento expulsando a los muebles. Haberlo pensado cuando votasteis por Vanessa. Ahora es tarde, toca colocar bien las piezas para facilitar la final deseada.
Laura se despidió diciendo indistintamente verdades y mentiras. Con Vulcan fue extraordinariamente blanda y generosa, mientras que ponía en entredicho a Violeta, Nerea y Luis al decir que se critican entre ellos. Esto ha hecho pensar a Maica y Daniela que rajan sobre ellas. Es lo que tiene no aclarar bien las cosas. Laura quería referirse a las cosas dichas por Nerea y, sobre todo, Luis contra Violeta en las primeras semanas de encierro. Hace mucho que no he vuelto a observar ni siquiera un recelo de la pareja hacia Violeta, por lo que el comentario de Laura me parece bastante desactualizado e injusto, porque no iba contra Violeta, pero ella no lo sabe. Se trata de una media verdad, que es la peor de las mentiras.
Los porcentajes ciegos estaban así anoche, ya sin Violeta en la lista de nominados: 51 %, 21 %, 19 % y 9 %.
En el vídeo de hoy comento la novedad conocida parcialmente el domingo de “La gala de los poderes”, de los cuales conocemos ya que uno de los poderes es la repesca.