Óscar cree que Ruvens tiene un problema para aceptarse a sí mismo y por eso le rechaza. También está convencido de gustarle. En lo primero imagino que se refiere a un problema de aceptación respecto a su sexualidad, y como ese es un jardín demasiado complejo y peligroso me salgo de inmediato. Sobre si a Ruvens le gusta o no Óscar confieso mi incapacidad para dar una respuesta a eso. En principio, creo que no, pero tampoco me interesa mucho lo que sea en realidad. De mi interés es saber por qué y cómo podría Óscar tener esa sensación sin ser cierto.
Que Óscar y algunos de sus compañeros de encierro crean que Ruvens se siente atraído por el profesor de equitación (a tiempo parcial, según su propio relato) no significa que sea cierto. Aunque a Ruvens no le gustase, sabe perfectamente que hacerle sentir que está interesado por él le puede beneficiar en el concurso. Y él tiene de sobra las herramientas necesarias para hacer creer eso hasta a la legión de arañas que se pasean por esa casa. ¿Eso es de ser muy manipulador? Pues, hombre, una de las pocas cosas que tengo claras sobre esta pareja de concursantes es que Ruvens en el gran manipulador y Óscar tremendamente desleal.
No es malo ser manipulador, mucho menos en este programa. Tampoco estoy considerando intrínsecamente mala la deslealtad. Quiero decir que no censuro por esto a ninguno de los dos. Pero me parece importante para conocer a los personajes y, por tanto, poder entenderlos, saber cuáles son sus fortalezas y debilidades. Ahora se trata de saber si ser manipular es fortaleza o debilidad, y lo mismo con ser desleal. Si romantizamos la historia, Ruvens estaría rechazando a Óscar porque no acepta su propia sexualidad, como piensa este. Sin embargo, haciendo una lectura más desapasionada del asunto se puede concluir que Ruvens le rechaza ahora para no dar opción a que siga la escalada de romanticismo.
Ruvens lo explica de manera bien clara, no tiene interés en visitar la casa de Óscar ni en conocer a su madre. Le molesta que se esté haciendo esas películas obviando que no son de su agrado e idealizando situaciones que no se producirán nunca porque él no quiere. Lástima que sea tan claro hablando con sus amigos (Vulcan, básicamente) y no lo haya sido igual con el propio Óscar. No lo ha sido, tal vez, porque no le interesaba, porque hubo un momento que su objetivo era ponerle de su lado para que los rivales del dormitorio rosa perdieran un apoyo. De paso, también conseguía propinar cierto grado de sufrimiento a Maica, a la que durante mucho tiempo vio como su gran rival.
No parece la mejor forma de quitarle a Óscar de la cabeza la idea de que Ruvens se siente atraído por él enseñarle su miembro en el almacén. No me veo mostrándole mis partes a una chica que me consta está coladita por mis huesos. Aparte de porque es una ordinariez y hay que tener muy poca clase para ir aireando ciertas cosas cuando no toca, también porque la consecuencia puede ser contraria a lo perseguido. A no ser que tenga algún tipo de malformación o especial singularidad y haya visto huir a más de una conquista en cuanto ha establecido contacto visual con esa parte de su anatomía.
Si soy sincero, a pesar de agradarme entre poco y nada que vuelva a las andadas, haciendo sentir de nuevo a Óscar como una porquería, no es esto lo que menos me gusta de Ruvens. Anoche ya vimos un tímido acercamiento tras ver la curva de la vida de Óscar, y estoy seguro de que en algún momento se convencerá de que el método elegido por él no es el más adecuado. Será entonces cuando todavía tendrá ocasión de reparar su error y explicarle las cosas como son. Ruvens tiene escasa inteligencia emocional, pero no dudo que sabría explicarle a Óscar con la mayor de las delicadezas lo que ya ha contado a algunos de sus amigos. Si hace eso disfrutará de la generosa indulgencia de muchos, y si no lo hace sospecho que se estará condenando para siempre.
Lo que menos me gusta de Ruvens es que no sea capaz de romper el círculo del odio, a pesar de lo fácil que se lo han puesto en muchas ocasiones. Para saber lo que es el círculo del odio me veo obligado a repetir esta historia que he contado en alguna ocasión. Son más de dos décadas analizando a diario este programa, por lo que creo disculpable la repetición. Dice que un empresario enojado regañó al director de uno de sus negocios. Este llegó a casa y gritó a su esposa acusándola de haber gastado demasiado dinero en el almuerzo. Su mujer gritó a la empleada, que rompió un plato y abroncó al perro por hacerla tropezar. El animal salió corriendo y mordió a una señora que cuando fue a la farmacia para curarse gritó al farmacéutico porque le dolió la aplicación de la vacuna.
El farmacéutico gritó a su madre porque la comida no era de su agrado. La madre acarició su cabeza mientras decía: “Querido hijo, te prometo que mañana haré tu comida favorita. Trabajas mucho, estás cansado y hoy precisas una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que puedas descansar en paz. Mañana te sentirás mejor”. Le hizo una caricia y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos. En ese momento se interrumpió el círculo del odio al chocar con la tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor.
Cada vez que Ruvens se ha encontrado que alguien interrumpía el círculo del odio volvía a encender la mecha con su intolerancia y reacciones desagradables. Pero estoy seguro de que esto cambiará en algún momento y confío en verle un gesto de debilidad, derrotado por el amor y el placer que da el perdón, decidido a interrumpir el círculo del odio. Óscar se lo ha puesto fácil últimamente, incapaz de enfrentarse a él. Y Edi se está convirtiendo en su Pepito Grillo, icono de la conciencia en el dormitorio azul.
Lo que más me gusta de lo dicho por Edi en estos últimos días no han sido sus críticas a Laura. No era la primera vez que ponía a esta compañera frente a sus contradicciones. Decir que no hace autocrítica es, además de una obviedad, demasiado suave. Pocos soportan a Laura y si no fuera porque es la protegida de Ruvens estaría desahuciada como concursante hace semanas. Pero más interesante me ha parecido la crítica que se ha atrevido a hacer Edi al propio Ruvens. También le ha puesto ante sus contradicciones, y eso es de valorar.
Dice Edi a Ruvens que cuando se queja de que Óscar está hablando en el cuarto de baño con Daniela y calla cuando entra no se da cuenta de que él hace eso mismo. Estando en el salón ellos dos juntos apareció Óscar e inmediatamente puso Ruvens la sordina empezando a hablar en esa voz en falsete (no le estoy llamando falso, es una tonalidad vocal) que tantas veces pone. Tiene toda la razón, aunque no me pareció que hiciera reflexionar a Ruvens. Peor fue ese otro momento que estando los tres en el salón empieza Edi a hablar con Óscar (recordemos que Ruvens no le dirige la palabra desde hace días). Ruvens intenta entonces retomar la conversación con Edi, dando de lado a Óscar. Al ver que no puede se levanta y se va al vestidor. Hacer el vacío a un compañero es algo peor que feo.
Tomasso entró en la casa de Gran Hermano en España igual que había salido de Grande Fratello en Italia. Es decir, acompañado por dos chicas monísimas con pinta de ser de Milán, vestidas como patinadoras sobre hielo y bailando lo que parecía ser la música del Telecupón. Su misión parece que es decirle a Maica que ahora anda con Maria Vittoria, concursante con la que se estaba morreando antes de que esta saludase a Maica. Me recordó a Tatiana Malyshkina (GH 11) dedicando a Indhira Galvani el polvo con Arturo Requejo en nochevieja. Hay escoria también fuera de España.
Los porcentajes ciegos estaban así anoche antes de salvarse Luis: 52 %, 30 %, 12 % y 6 %.
En el vídeo de hoy me veo obligado a comentar la polémica habida en plató entre las madres de Laura y Violeta sobre el respeto a los concursantes y otras zarandajas.